sin Kevin Spacey, expulsado de Hollywood tras sus escándalos sexuales, pero con Robin Wright en el Despacho Oval rodeada por un grupo de mujeres con un gran poder, las intrigas políticas de House of cards, la primera serie que produjo Netflix, llegan a su fin con su sexta y última temporada que estrena hoy Movistar Series con un maratón de los ocho capítulos a partir de las 15.30.

Las siniestras conspiraciones, jugarretas y manipulaciones de los insaciables Francis y Claire Underwood han marcado el camino de esta serie hasta su temporada final, pero fue precisamente un turbio escándalo al estilo de House of cards lo que acabó con Spacey fuera de la producción de Netflix y con su carrera completamente hundida. Con un personaje voraz y ambicioso, como una especie de Ricardo III de Shakespeare en la Casa Blanca capaz de todo con tal de mantener el poder, el actor deslumbró como Francis Underwood hasta que en octubre de 2017 comenzaron a conocerse numerosas acusaciones de agresiones sexuales. Esta crisis estremeció como un terremoto el elenco de House of cards, que ya tenía todo listo para grabar su temporada final.

El difícil dilema de Netflix se resolvió con el despido de Spacey y la suspensión del rodaje, que no se retomó hasta tres meses después tras reescribirse los guiones sin Spacey. “Mi turno”, prometía Claire Underwood (Robin Wright) en el último capítulo de la quinta temporada, mirando a la cámara ya como presidenta de Estados Unidos, y los adelantos de las nuevas entregas de House of cards han dejado claro que ella será la estrella a partir de ahora y que su esposo Francis está muerto.

“Ninguno quería negar a Claire su turno. Queríamos terminar la serie con una intención y llevar la historia a un final apropiado”, dijo Melissa James Gibson, showrunner de House of cards en la presentación en Los Ángeles. “Ella dijo: Mi turno. ¿Cómo habría sido no hacer que ocurriera?”, se preguntó retóricamente el también showrunner Frank Pugliese. Michael Kelly, que ha interpretado al impasible escudero de los Underwood Doug Stamper, aseguró que continuar con la serie “fue, por supuesto, lo correcto”. “Tienes que terminar la serie. Y no lo digo de manera egoísta por mí. Hay un equipo de 600 personas, 300 trabajando directamente en nuestra serie. Y la idea de dejar a toda esta gente sin empleo después del largo parón por el que pasamos habría sido inconcebible”, opinó. Kelly tampoco se olvidó de los fans que han seguido House of cards durante años: “¿Les ibas a decir simplemente que se acabó? Fue muy importante para todos decir: Bien, ¿cómo seguimos adelante?”

Aunque Claire fue progresivamente ganando presencia en la serie, donde empezó como “esposa de” y llegó a alcanzar la cúspide del poder, esta temporada no será la única mujer con peso en el habitualmente masculino mundo de la política. Regresarán Patricia Clarkson y Constance Zimmer, y como novedad se incorpora Diane Lane. “Debería llamarse House of women (castillo de mujeres, en inglés), no House of cards (castillo de naipes)”, bromeó Clarkson. “Y con Robin Wright al frente no hay nada mejor”, agregó. Constance Zimmer subrayó lo relevante que es en la actualidad mostrar a una presidenta estadounidense y a un grupo de mujeres en los salones donde se toman las grandes decisiones. “No tenemos nada que temer. Sólo vamos a mostrar lo que sucede cuando les das poder a las mujeres y lo que pueden hacer con ese poder”, indicó. Greg Kinnear, otro fichaje de renombre para la despedida, reconoció la gravedad de lo sucedido con Spacey. “Fue una piedra en el camino. Lo que ocurrió habría hundido muchos barcos”, admitió. “Pero fue impecable. Todo el mundo volvió a su tarea, sabían lo que tenían que hacer, querían rendir homenaje a la serie, ser respetuosos y cumplir con su trabajo”, concluyó.