Desde su aparición en 2003, el BMW X3 no ha hecho más que mejorar. La entrega recién estrenada no es una excepción y persevera en esa progresión que va aportando tamaño, tecnología y empaque. Este SUV Premium de proporciones ya no tan comedidas se acerca paulatinamente a su inspirador el X5, distanciándose del X1 y haciendo sitio al inminente X2. La última entrega del flamante X3 sube su nota media y también su tarifa, lo que lo aleja un poco más del gran público. En el repertorio actual caben conocidas mecánicas de gasolina (184, 249 y 360 CV) y diésel (150, 190, 211 y 265 CV). Salvo el propulsor gasóleo más asequible (costará 42.950 euros), que remite su potencia al tren posterior con ayuda de caja manual de seis marchas, el resto de la gama adopta tracción integral xDrive y transmisión automática de ocho relaciones.

Esta tercera edición del modelo, considerado el precursor de los crossover refinados de talla media, se estiliza, pierde peso y crece algo. Añade cinco centímetros a su eslora (4,71 metros), uno y medio a la alzada (1,68) y otro a la manga (1,89). El rediseño de su envase amplía la separación de ejes (2,86 metros) para fomentar la capacidad de la cabina, dispuesta para acomodar a cinco viajeros adultos con bártulos (mantiene 550 litros de maletero). La nueva concepción interior imita el estilo y el refinamiento de las Series 5 y 7, en tanto que el puesto de mandos recuerda al X5.

El contorno del vehículo asume diversos cambios estéticos que recalcan sus líneas de expresión. Estrena parrilla activa más grande, grupos ópticos delanteros y posteriores, portón trasero, colas de escape en los flancos, llantas, estribos y molduras laterales, etc. Esas modificaciones enfatizan la genuina impronta de los todoterreno BMW, aportando de paso una importante dosis de elegancia.

La casa bávara brinda tres puestas en escena diferentes (xLine, MSport y Luxury Line), que proponen otros tantos estilos de decoración interior y exterior: uno funcional, otro deportivo y un tercero más suntuoso. La entrega contemporánea del X3 tiene a su disposición el último grito en tecnología, con lo que está en condiciones de ofrecer los más sofisticados recursos de seguridad, bienestar o conectividad. En ese bagaje de medios figuran sistemas de asistencia que sientan las bases de la futura conducción autónoma.

La oferta motriz al servicio del X3 garantiza un elevado nivel de prestaciones. A pesar de su notable envergadura, es un coche que se conduce con sorprendente facilidad debido a la docilidad de sus reacciones. Sometido a una utilización convencional, su gama de propulsores hace gala de una eficiencia encomiable, lo que permite aproximarse a los datos oficiales de consumo y emisiones. La interpretación más poderosa y solvente, la M40i, certifica que sus 360 caballos se conforman con 8,4 litros a los cien, promedio de consumo que comporta un volumen de CO2 de 193 g/km. Lo bueno es que practicando una conducción ágil y alegre se obtienen unas cifras reales que no quedan excesivamente lejos de estos registros ideales.

La tarifa del BMW X3 cubre una franja económica relativamente amplia y elevada. Comienza en los 42.950 euros que reclama la versión diésel inicial, con 150 CV, propulsión y transmisión manual, que estará disponible en breve. El precio va ascendiendo en paralelo a la potencia de la versión elegida, para culminar en los 70.500 euros que cuesta la variante MPerformance M40i. La interpretación media xDrive20d, con 190 caballos, sale por 51.000 euros.