EL LEAF es el pionero de los turismos con propulsión eléctrica; también el producto más difundido de su categoría, al superar los 200.000 clientes en cinco años. Además, a partir de ahora es uno de los más resolutivos. La inclusión en su catálogo de una batería alternativa más capaz -ofrece 30 kWh, frente a los 24 de la básica- propicia que el modelo de Nissan incremente en un 25% su autonomía oficial, homologándola en un máximo de 250 kilómetros.
Ese nuevo acumulador de mayor rendimiento se vincula a las ejecuciones más cuidadas del vehículo; comporta un sobreprecio de 2.000 euros respecto a la batería normal. En consecuencia, la tarifa del Nissan LEAF, incluidos los descuentos de fabricante y administración, pasa a cubrir una horquilla de 29.170 a 37.370 euros. Si en vez de adquirir el automóvil completo se opta por arrendar la batería (desde 79,36 euros al mes), dicho desembolso se reduce en 5.900 euros.
La incorporación de esta segunda pila, también de iones de litio, no depara cambios significativos al modelo. El LEAF 2016 conserva intacta su singular y hasta cierto punto controvertida silueta. Esta original carrocería de cinco puertas y 4,45 metros de eslora acoge confortablemente a cuatro adultos (los cinco que prometen los datos de homologación no viajan tan cómodos) y habilita a popa un razonable hueco para el equipaje (370 litros).
El LEAF mantiene, asimismo, el contrastado sistema de propulsión 100% eléctrica. Su rendimiento, equivalente a 109 CV, confiere una razonable agilidad de movimientos al vehículo. Testimonia una velocidad punta de 144 km/h y un poder para progresar de 0 a 100 en 11,5 segundos, registros a los que no afecta del tipo de batería que nutre el motor. Son prestaciones ligeramente inferiores a las que brindan los automóviles de similares proporciones animados por mecánicas térmicas.
Es, de todos modos, una derrota insignificante de la que Nissan se resarce con sendas victorias por goleada en dos aspectos fundamentales, el ecológico y el económico. Su naturaleza eléctrica comporta que funciona con nulas emisiones contaminantes. Además, esta modalidad de energía permite ajustar las cuentas.
Es evidente que la adquisición del LEAF requiere un esfuerzo inversor considerable; tan cierto como que su disfrute conlleva un coste muy reducido. Nissan lo cifra en 2 euros cada 100 kilómetros, importe considerablemente inferior al de cualquier automóvil diésel. A ese ahorro se podrían añadir otros beneficios colaterales para el usuario del modelo: posibilidad de acceder a ciertas zonas de tráfico restringido, descuentos o exenciones en peajes y estacionamientos, etc.
El acumulador de mayor capacidad ofrecido desde ahora pesa 21 kilos más, detalle que no afecta a las prestaciones ni tampoco al proceso de recarga. Se puede reponer su contenido conectando a una toma eléctrica convencional de 220 V/10A (12 horas), en una instalación de carga doméstica de 16A o 32A (8 o 4 horas) y en uno de los todavía escasos puntos de repostaje (recupera el 80% de la batería en 30 minutos).