águila Roja, la serie de televisión española, está disfrutando de un inesperado e ilegal éxito entre el público iraní, fascinado por un programa que llega a la República Islámica a través de canales oficialmente prohibidos y que le sorprende por el tratamiento irreverente que da a la religión.
Las aventuras y desventuras de Gonzalo de Montalvo y su fiel criado Satur en la España del siglo XVII se han abierto paso en el país a través de un canal que emite vía satélite en lengua iraní desde Turquía, cuya recepción, a pesar de estar prohibida, es masiva entre una población ávida de entretenimientos más allá de los encorsetados seriales y programas autorizados por el régimen.
Tal es así que entre los escolares iraníes, la coletilla “¡Ay, Dios!”, empleada por el humilde y pícaro Satur, el personaje favorito del público, se emplea ahora con asiduidad para expresar cualquier contrariedad, en un guiño de complicidad entre los muchos seguidores de una serie que teóricamente no se puede ver.
Desde Teherán, los aficionados a la serie consultados destacaron que el guión, el buen nivel de actuación de los protagonistas y sobre todo la visión “relajada” y “abierta” que tienen sobre temas religiosos, es lo que más les atrae de la serie.
Además, también está la fascinación por los paisajes, la música, y la cultura de España que existe en el país y que se extiende tanto al pasado histórico representado en la serie como al momento actual.
reflejo fiel Según los espectadores preguntados, el espíritu de la serie refleja “una excelente y clara descripción del punto a donde puede llegar la religión cuando se junta con el poder, que en caso de esta serie es la religión católica”.
“Sobre la actualidad no quiero hablar, pero en la época de los sasánidas (siglo VII) pasaba lo mismo cuando el clero, denominado Magi llegó al poder, empezó la violencia y ahí fue cuando triunfó el Islám en el país con el ataque de los árabes”, analizó un seguidor de Águila Roja de 46 años.
Sin mencionar paralelismos con la situación del país, otro espectador reflexionó y calificó como una visión “muy verdadera” el hecho de que en la serie “el ladrón se hace Cardenal y piensa en ser Papa”.
Otros aficionados destacaron su gusto por los personajes, como “Gonzalo, símbolo de humildad; Margarita, símbolo de paz; Alonso, que es la inocencia; y Lucrecia, una oportunista”.
Entre los espectadores iraníes de la serie también se encuentran mujeres. Por ejemplo, una joven aficionada a Águila Roja dejaba claro cuál era su personaje preferido. “Satur es mi ídolo, me encanta su sencillez y sus chistes”.
Desde un punto de vista más intelectual, una profesora de español comparó Águila Roja con el Shahname, el poema épico del poeta nacional iraní Ferdosí, y comparó a Gonzalo con Rostam, el héroe de esa obra literaria.
Además, también consideró que lo real de la serie sin embargo no son los cuentos ni la acción, sino la representación de la religión en la época, que le recordó al libro El nombre de la rosa, de Umberto Eco. En él se relatan una serie de asesinatos en una abadía, relacionados con un libro de Aristóteles que habla sobre la risa y en cuya historia se habla de temas como el fanatismo religioso o la quema de brujas.
“Me gustaría poder ver la serie en español. Hace unos años que se dejó de ver el canal de TVE Internacional en el satélite y nos ha provocado una profunda angustia. Era un canal muy bueno para los estudiantes de español, y que incluso veían muchos iraníes que ni hablaban el idioma”, se lamentó la profesora.
emisión tres veces al día Águila Roja estrena en Irán un capítulo todos los días laborables a media noche, programa que se repite tres veces más durante el día, en un canal que exhibe habitualmente otros seriales, en su mayoría de origen turco, todos traducidos al persa.
En la República Islámica de Irán está prohibido el satélite y es ilegal, si bien la gran mayoría de la gente ignora esa prohibición y los discos para el satélite se observan con total normalidad en casi todos los edificios del país.
Los programas de la televisión iraní se hacen respetando los estrictos códigos morales del país, lo que excluye cualquier contenido de temas sexuales, religiosos y, en parte, políticos.
Así, en las series y películas extranjeras que llegan al país, la censura corta sin tapujos cualquier escena que pueda ser subida de tono y se cubre con editores específicos de vídeo a las mujeres que llevan faldas cortas, escote, o ropas transparentes.
Sin embargo, la serie española Águila Roja ha logrado evitar las censuras y barreras del país y se ha labrado un hueco en el panorama televisivo iraní. La novena temporada de la serie, aún por estrenar, constará de 13 entregas y supondrá el final definitivo de la producción.