VALENCIA. Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han ideado un nuevo sistema de alerta temprana de terremotos, basado en el aprovechamiento de los acelerómetros presentes en los teléfonos móviles, que actuarían como un sismógrafo a pequeña escala.
El sistema, de bajo coste y gran fiabilidad, se encuentra en fase de prototipo y aunque ya existen sistemas similares en investigación básica, éste mejora sensiblemente el tiempo de respuesta, es de menor coste y está en un estado de desarrollo más cercano al uso real, según sus promotores.
El prototipo, que destaca por ser completamente autónomo y evitar falsos positivos, incluye además EQuake, una aplicación que gestiona y procesa las señales registradas por los acelerómetros, han informado a EFE los investigadores pertenecientes al Grupo de Sistemas y Aplicaciones de Tiempo Real Distribuido de la UPV.
En las pruebas desarrolladas en los laboratorios -con datos de un entorno simulado de Ecuador- su uso permitió alertar hasta con doce segundos de antelación en el lugar del epicentro, pudiendo incrementar este tiempo en lugares más alejados.
"Su objetivo sería alertar a la población, y ayudar en la gestión de estas emergencias por parte de los cuerpos de seguridad", según el coordinador del grupo, Manuel Esteve.
Sobre su funcionamiento, los investigadores explican que la "app" EQuake permite registrar y gestionar el acelerómetro instalado en cada teléfono móvil.
Ante un posible caso de terremoto, filtra la señal registrada para descartar movimientos que no correspondan a un movimiento sísmico y la envía a un servidor intermedio de zona, en el que se procesan y almacenan todas las alertas transmitidas por el conjunto de móviles situados en su misma área.
"Por la posición de los teléfonos y el instante de tiempo en el que se detecta la aceleración se puede estimar, en primer término, si se trata de un terremoto, la dirección en la que se desplazan las ondas y la velocidad de propagación de estas. De este modo, ofrece más información que la que daría un único sismógrafo", ha resaltado.
Cada móvil transmitiría información clave para la gestión de emergencias: intensidad del impulso, coordenadas de posición e instante preciso en el que se ha detectado el movimiento.
El servidor intermedio gestionaría la llegada de mensajes provenientes de usuarios, deduciendo si ha existido un pico sísmico o no, y si es el caso, notificar en tiempo real a los usuarios (a través de teléfonos móviles inteligentes).
"Esto permitiría contar con un tiempo extra en la toma de una mejor decisión que implique, sobre todo, la reducción de pérdidas de vidas humanas", ha destacado Esteve.
Ante un terremoto, el servidor intermedio enviaría una señal tanto a cada uno de los móviles que dependen de él como al centro de control y gestión de emergencias.
"El centro de control, adicionalmente, podría recibir de cada 'smartphone' información multimedia de su entorno (comentarios, vídeos e imágenes) logrando así una visión global del desastre, que ayudaría a gestionar eficientemente a los diferentes cuerpos de ayuda", ha agregado.
Además, según el investigador, "ofrecería información que un usuario en particular desconoce y que el centro de control conoce por otros usuarios: carreteras destruidas, deslaves (un tipo de corrimiento de tierra), caminos sin conexión, centros de apoyo o lugares de peligro".
Los investigadores presentaron este sistema en la octava Conferencia Internacional Internet and Distributed Computing Systems, celebrada a principios de septiembre en el Reino Unido, y ha sido publicado también en destacadas revistas en el ámbito de los sistemas de tiempo real y en el de gestión de emergencias.