“He jugado en el Maracaná y vuelvo a casa con el Athletic y la Real”

Bilbao - Faltan nueve días para su vuelta, será el lunes 26 cuando los fogones de ETB-2 se enciendan de nuevo y Robin Food comience a llenar de olor y sabor cadena. Hace un año inició una aventura en Telecinco, pero las exigencias de audiencia hicieron imposible su continuación. Él nunca cerró de golpe las puertas de Euskal Telebista y ha vuelto con un recetario renovado; con su grito habitual de Viva Rusia y no Prusia, este era el que se escuchaba en la cadena de Mediaset, y ha dejado de jugar con la selección de Brasil en el Maracaná para hacerlo en casa con Athletic y la Real. Mantiene los kilos a raya y no coge ni un gramo de los 130 que dejó por el camino y que le dejaron casi en la mitad, 140.

¿Una vuelta inesperada?

-Una vuelta, una vuelta a la tele, sigo en la tele y estoy encantado.

¿No ha vuelto demasiado pronto?

-Si uno no se va, no puede volver;...

Eso es evidente, pero la aventura solo ha durado un año.

-Si tienes veinte años y no cruzas el Atlántico, no ves mundo y te quedas siempre metido en el pueblo. Hay que seguir moviendo el culo y seguir viviendo. En la vida, la gente sale de casa y luego vuelve.

Telecinco dijo que estaban pensando en más proyectos con usted, ¿los hay?

-Estoy centrado en lo que estoy haciendo, preparando el programa de ETB-2, el 26 de octubre vuelvo y el proyecto más inmediato, cenar esta noche en mi casa.

¿Cómo ha sido la experiencia?

-Buenísima, un año divertido y fructífero. He tenido la suerte de que me ha visto muchísima gente; antes solo me veían a nivel autonómico. He trabajado en una cadena muy seria y muy profesional y en la que me he sentido muy a gusto.

Creo recordar que decía que era como jugar en el Maracaná con la selección brasileña.

-Esa sensación la he tenido, he sentido que he jugado con la selección brasileña, aunque no me gusta mucho el fútbol.

¿Y ahora?

-Vuelvo al Athletic...

Cuidado, que es usted guipuzcoano.

-Ja, ja, ja... O la Real, a lo que sea. He estado un año allí y me lo he pasado super bien.

Mucho más duros en Madrid con las audiencias, ¿no?

-No sé si son más duros. Las conclusiones que he sacado después del año en Telecinco es que he aprendido un montón. He estado en un canal de mucha difusión y he aprendido a hacer el programa de una manera más dinámica, más ágil.

¿Más presión?

-Sí claro, se pide mucho más de ti, tienes la presión sobre el cogote. Se te exige más que en un campo más modesto, así ha sido. Estoy encantado, me han visto todos los días entre un millón y un millón cien mil personas, pero no ha valido; sino, hubiéramos seguido en Telecinco y allí los partidos hay que ganarlos 8-0.

¿Cómo vuelve a ETB?

-Con la misma ambición de que me siga viendo mucha gente y no vuelvo bajando el pistón, vuelvo a dar el máximo. Tengo la sensación de que en ETB voy a hacer mejor programa que el último que he hecho en Telecinco. En eso estamos trabajando, es el espíritu con el que llevo trabajando desde que empecé.

Y ahora ¿¡Viva Prusia! o ¡Viva Rusia!?

-¡Viva Rusia! Está claro.

¿No le gustaba a Vasile el grito de ¡Viva Rusia!?

-Se lo tendrás que preguntar a él. Siempre me ha gustado más lo de Rusia, cuando decía Prusia sentía que lo que decía era Rusia. Cuando decía una cosa u otra y hasta la victoria, lo que decía era que me lo estaba pasando de puta madre.

Vuelve el hijo pródigo pero no a comer, casi a cenar.

-Sí, volvemos antes del Teleberri de la noche y estoy muy contento es un horario en el que antes nunca había hecho tele y tengo mucha ilusión.

¿En qué cambia el programa?

-Antes íbamos al mediodía y tenías toda la tarde y toda la noche para cocinar; al ir a un horario más de tarde-noche hay poco margen para que la gente recree lo que estamos haciendo.

¿Novedades?

-Una el horario, ya lo hemos dicho; otra es que las recetas van a estar agarradas a una historia. Durante la semana van pasando cosas, cosas tan sencillas como las que me pasan a mí: voy al mercado, voy al gimnasio, bajo a la playa a encontrarme con unos amigos surferos o con quién sea; todo eso lo vamos a integrar en el programa.

¿Va a invitar a Belén Esteban en esta etapa?

-No voy a invitar a nadie, la única persona invitada va a ser Martín (Berasategui), va a estar en el programa dos o tres veces a la semana de una manera distinta a como venía estando antes. Habrá gente en el programa pero no va a cocinar.

Esto ya es morbo particular, ¿qué tal se lo pasó con Belén Esteban?

-Muy bien. Las dos o tres veces que fui a Telecinco antes de empezar el programa me la encontré por los pasillos y, como no veo la tele, no tenía una idea preconcebida de cómo era.

¿Y?

-Me encontré con una mujer con la mirada muy limpia.

No me puedo creer que no supiera usted quién era Belén Esteban.

-No sabía con quién había estado casada o si había estado casada. No tengo por costumbre ver lo que hace en la tele. Me encontré una tía muy divertida, muy casta.

¿Fue una imposición de Telecinco que fuera a su programa?

-Pues no, vino porque a mí me apetecía. De hecho, a mí nadie me ha impuesto nunca a un invitado, y en Telecinco, menos; los que han venido ha sido porque a Martín y a mí nos ha apetecido.

¿Cocina?

-Ja, ja, ja... Me pareció encantadora, se portó con nosotros muy bien, hicimos unos churros que eran la bomba, los pasamos bien. Es cierto que todo el mundo se quedó con que era Belén Esteban, y es una mujer que despierta muchos amores y muchos odios. Comió en el restaurante, se lo pasó muy bien. A la vuelta me mandó un libro con una dedicatoria muy bonita: Ojalá en la vida todo fuera tan fácil como hacer churros contigo. Me pareció una tía muy grande.

Hablemos de la báscula.

-Dominada, he perdido 130 kilos, peso 140 y en el plató tengo enmarcados unos pantalones que usaba cuando pesaba 270.