vitoria. Afronta la primera serie diaria de su carrera con una producción que es un caso único en la televisión española, ya que con un retoque en el título ha pasado en pocos meses de TVE a Antena 3.

Ya ha tenido otros 'hijos' como Manolito Gafotas o la pirata Carmen Bocanegra (Pilar Rubio). Ahora es el padre de Marc Clotet, el protagonista.

En este sentido mi carrera es muy curiosa porque mi primer papel televisivo ya era de padre, fue en Juntos y revueltos. Y el año pasado debuté como abuelo en Gernika bajo las bombas, de ETB.

Mauro, el hijo que le han colocado esta vez, se las trae. ¿Qué va a hacer con él?

Es un tarambana y un calavera y más o menos le digo las mismas cosas que me decía mi padre a mí cuando tenía su edad, o sea que algunos textos ya me los sé de antemano (se ríe). Yo también fui un joven bastante difícil.

¿Está dispuesto a dejar que se marche de casa?

No puedo desvelar demasiado, pero hay muchos giros y pasan muchas cosas. Eusebio es un personaje con bastantes facetas. Es un padre severo con su hijo, enamorado y tierno con su mujer y a la vez muy duro con su cuñado, pero tiene sus razones. Hay que aprovechar la ocasión de hacer un personaje tridimensional. Incluye esas tres vertientes que no todos los papeles tienen.

¿La pelea con Mauro acabará enfrentándole con Josefina? Ella es más comprensiva...

Ella cumple el papel de madre de esa época. Hay que tener en cuenta que es todo un poco antiguo en ese sentido, que cada uno tenía sus roles. De todas formas, es un matrimonio muy bien avenido y bastante sólido a pesar de los problemas. Tienen muy claro que se quieren y que no van a romper por eso. Otra cosa ya es su cuñado y la hermana, Emilia. Eusebio hace de tripas corazón y es duro con su hijo porque cree que lo necesita.

¿Los problemas con su cuñado y su hermana no tienen arreglo?

De momento no, las cosas están muy enconadas y la familia está rota por luchas intestinas entre los Jiménez de Baños.

¿Qué tal sienta hacer de rico?

No es rico, es un tipo en vías de... Digamos que tiene una economía ascendente, es un industrial que se está haciendo a sí mismo. Le van bien los negocios, pero es fruto del trabajo y del esfuerzo de un hombre que no tiene prácticamente otra cosa en la cabeza.

¿Es un hombre honrado?

Sí, bastante. Él se tiene por tal y en la medida que puede lo es. Pero la vida le coloca en unas encrucijadas en las que debe tomar decisiones que rozan lo inmoral. Tengo que defenderlo en la ficción, pero yo jamás sería Eusebio Jiménez de Baños ni hablaría así con mi hijo.

¿Hay satisfacción en la productora y en la cadena con los resultados de las tres primeras semanas?

Están bastante contentos. La productora pasa de un 20 a un 15% de cuota pero la cadena ha pasado de un 10% a casi un 15; y se ha demostrado que cuando se le da tiempo a una serie, coge cuerpo y sube.

Es su primera serie diaria. ¿Qué le parece el ritmo de grabación?

Es muy curioso: quitando los actores que siguen de Amar en tiempos revueltos, los demás es la primera vez que hacemos diarios. Dependiendo de la trama, tengo unas semanas tranquilas y otras repletas de sesiones, de textos y de letras en la cabeza. Al principio te asustas pero luego se coge el ritmo. Nos pasamos el día estudiando y grabando. Te queda muy poca vida.

Esta temporada arranca en 1960. ¿Le resulta una época ajena?

No, yo soy del 61 y me suena todo: las palabras, los electrodomésticos de la marca Versalles que produce mi fábrica... es una época en la que aún había huevos para zurcir calcetines y quedaban fresqueras. También son los tiempos de la televisión compartida.

La serie se desarrolla en varios escenarios, a lo 'Arriba y Abajo'. ¿Hay personajes con los que Eusebio no se cruzará?

Pues sí los hay.

¿Va alguna vez al 'Asturiano'?

De momento no he entrado (y en la grabación llevamos más de un mes de adelanto sobre la emisión), pero nunca sabes a dónde te lleva la vida.

¿Una serie diaria es compatible con otras tareas profesionales?

Sí, los productores ya han comprendido que a veces estamos en el teatro y tenemos que hacer doblete, así que las sesiones de rodaje acaban a las seis. Durante cuatro meses he estado a la vez en Amar y en la obra La verdad en el Teatro Alcázar de Madrid. El único problema es que no descansas mucho, pero esta es la vida del actor hoy en día: cuando tienes, coge por si acaso. El artista un día come faisán y al día siguiente se come las plumas.

Al final de cada capítulo sale un rótulo: "Con la piratería muere la cultura. Descarga legal"...

Estoy de acuerdo completamente.

¿La piratería es el problema más grave del sector audiovisual?

Tiene muchos: el primero de estructura, de infraestructura e incluso de cimientos. Este país tiene los encofrados mal hechos en muchas cosas y nuestro mundo no escapa a ello. Además de económico, la piratería es un problema moral. No se puede pretender que el trabajo de los demás sea gratis.

¿Fue duro cuando TVE dejó de emitir ficción española el año pasado?

Que TVE funcione es fundamental para todos, desde los actores a los constructores de decorados. Estos últimos años el aire también corría por los platós de ETB, no había nadie. Está todo muy parado, la realidad es que hay muy poco trabajo y los sueldos han bajado mucho.

En EiTB está a punto de haber nuevos responsables. ¿Hay esperanzas de que los platós tengan más ocupación?

Menos no va a poder ser, el listón está muy bajo.