Vitoria. Jordi Hurtado es un icono de TVE, un enamorado de su trabajo que salta al plató con el entusiasmo de un novato y con las tablas de un veterano. En noviembre recibió el Ondas al Mejor Presentador.
En lugar de un Ondas tendrían que haberle dado un Guinness porque lo suyo es de récord...
Pues sí, nos hace muy felices a todos cumplir 16 años el 17 de febrero, ya falta poco.
Si echa la vista atrás, al día del estreno, ¿qué ve?
Pues nadie podía pensar que seguiríamos en 2012, de hecho en televisión nadie sabe lo que va a pasar el mes que viene. Cuando nace un programa piensas que tienes un trimestre por delante y no sabes más. Consolidarse como una referencia en el mundo de los concursos y de la televisión, que es lo que ha conseguido Saber y Ganar, eso no lo podíamos imaginar. Es maravilloso estar en un proyecto como éste.
Al pensar en estos últimos 15 años, ¿qué predomina?
Lo que sobresale es que me siento muy afortunado, muchísimo; y la perspectiva de todos los formatos de otras cadenas que han nacido y han desaparecido a lo largo de estos casi 16 años... es tremendo. Por eso se crea la leyenda de que Saber y Ganar es incombustible, que otros programas van pasando y nosotros siempre estamos ahí. Ningún espacio diario ha conseguido lo que ha logrado Saber y Ganar, estamos haciendo historia. Esta longevidad es extraordinaria.
Su primera aparición ante una cámara fue en 'Si lo sé no vengo'. Supongo que nunca se habrá arrepentido de ir...
(se ríe) No, al contrario; era un proyecto muy bien diseñado. Después de la experiencia lo que digo es "Si lo sé, vengo antes". En 1985, sin televisiones privadas y sin audímetros, sin saber exactamente cuántos millones nos veían cada día... era algo bárbaro y además fue una gran escuela para aprender, para improvisar, para salvar situaciones.
¿Firmaría por seguir hasta la jubilación con 'Saber y Ganar'?
El jurado de los Ondas habló de una "lozana veteranía" y pienso que eso es bueno, que es sinónimo de experto, de curtido, de fogueado... y eso dije al recoger el Ondas. Que es muy importante que las cadenas y los programas aprovechen a las personas que tienen esa madurez y esos conocimientos. A veces aquí parece que la veteranía no es algo positivo, sino que se asocia a algo en desuso. Es un error.
El programa compite frontalmente con los deportes de los informativos. ¡Menudo enemigo!
Sí, y también con espacios del corazón y de entretenimiento que han ido naciendo con la multiplicación de cadenas; y es brutal ver cómo nosotros hacemos una media de un 10,5% muchos días y cadenas generalistas a esa hora hacen un 3%. Otros programas nacen y mueren en quince días, es imposible recordar los títulos de tantos espacios que han pasado por esta franja.
Tiene presencia en el Canal Internacional, club de fans en Facebook, un juego de mesa... ¿qué más le puede pedir a la tele?
Sobre todo una mejor forma de salvar el bache económico. Ahora un problema de TVE es la financiación. La nueva ley crea algunos problemas graves y está pasando, como todo el país, por momentos realmente difíciles. Dependemos totalmente de las decisiones parlamentarias y me gustaría que se revisara esa ley y que se abriera la puerta a otra vías de financiación por parte de sponsors o de otras fórmulas que permitieran trabajar con mayores parámetros de tranquilidad. La situación es complicada, ya se ha visto lo que ha pasado este año con el parón de las series.
Llama la atención su familiaridad con los concursantes, que nombre a sus hijos o a sus padres...
A la gente le gusta, es un tono muy casero, muy normal, sin entrar en chafarderías jamás, el que no quiera decir algo no lo dice, siempre en una línea muy respetuosa.
TVE ha tenido grandes concursos. ¿Le hubiera gustado que le llamaran para presentar algún otro?
Un, dos, tres era lo más. Yo recuerdo que hacía el Trivial en los Estudios Buñuel, grababa al lado y una noche me quedé a verlo. Era cuando lo presentaba Jordi Estadella. Era maravilloso ver todo aquel montaje, ahora es inimaginable tal y como están los presupuestos.
Los concursos pasaron una época en que no estaban de moda, pero han resurgido...
Siempre se emiten más o menos, a veces en prime time y otras no. Son espacios familiares que las cadenas suelen colocar antes de los informativos porque son aglutinadores de un público amplio. Hay ocasiones en las que TVE ha tenido más concursos y otras hemos sido el único, como ahora. Es una alegría ver que los quiz show -programas de preguntas y respuestas- están funcionando en otras cadenas.
¿Entiende los concursos en los que se gana mucho dinero por pasar el rato en una casa o en una selva?
Sí, porque es la filosofía de algunas cadenas privadas de dar espectáculo. El formato es así, es distinto al nuestro. Nosotros premiamos los conocimientos y Saber y Ganar tiene un gran espíritu didáctico: el jueves hicimos un homenaje a Miliki, el 2 de enero a José Luis Borau y el 3 a Tony Leblanc. Además, el 31 de diciembre lo dedicaremos a cuatro películas españolas que han triunfado este año. Es lo que hacemos: explicar historias con mucho contenido y muchos guiones para entretener de una forma amena. Y siempre estamos muy pendientes de los aniversarios. Tras más de 3.600 programas sigo creyendo en lo que hago y esas ganas le llegan a la gente, tienen un retorno.
Antes trabajó nueve años en la radio. ¿Queda nostalgia?
Es mi gran referente. Creo que todo lo que hago en televisión tiene una base de conocimientos y experiencia radiofónica. Yo empecé en Radio Juventud y tuve mi consolidación profesional en Radio Barcelona. Ese origen está siempre en lo que hago: en la manera de leer las preguntas, en la dicción, en las entonaciones, en las improvisaciones, en todo.
También hizo doblaje y fue Epi...
En una época sí, soy uno de los Epis que ha habido.