El Consejo de Administración de Basquevolt aprobó la semana pasada centrar la actividad de la compañía en el desarrollo y suministro de electrolito para baterías de estado sólido, “un componente esencial en la próxima generación de almacenamiento energético”, cuya venta y proceso de industrialización prevé iniciar en 2027.
En un comunicado, Basquevolt subrayó que trabajará estrechamente con fabricantes de automóviles (OEMs) y productores de celdas para ofrecer esta tecnología a múltiples sectores como automoción, almacenamiento estacionario, movilidad ligera y aplicaciones aeroespaciales.
Esta estrategia refuerza la “ambición” de Basquevolt de convertirse en proveedor de referencia en Europa, y llega tras haber asegurado recientemente una inyección de 10,5 millones de euros con el respaldo de Ekarpen, Stellum y CDTI Innvierte.
Esta financiación permitirá acelerar la ejecución del plan industrial y consolidar la posición de la compañía “en un mercado altamente competitivo”. La empresa con sede en el Parque Tecnológico de Araba prevé iniciar en 2027 el proceso de industrialización y venta de su electrolito, apoyándose en su tecnología propia y su red de alianzas.
Basquevolt destaca que el electrolito desarrollado permite superar en más del 50% la densidad energética de las baterías actuales, lo que se traduce en vehículos eléctricos con más de un 50% de autonomía adicional, sin necesidad de aumentar el tamaño o el peso de la batería. Además, la tecnología resuelve problemas críticos de seguridad, lo que permitiría reintroducir vehículos como los patinetes en el transporte público. El electrolito ha sido diseñado para integrarse en las líneas de producción de celdas ya existentes en Europa, permitiendo su adopción industrial sin necesidad de grandes inversiones adicionales. Esta estrategia, centrada en el desarrollo y suministro de electrolito estará liderada por Pablo Fernández Santos, quien asumió la dirección general en marzo.
Producción vasca
Basquevolt mantiene su compromiso con el desarrollo de tecnología propia concebida en Euskadi, con impacto global. Su enfoque combina excelencia científica, escalabilidad industrial y colaboración público-privada, “posicionando a la compañía como referente europeo en baterías de estado sólido”. La empresa seguirá fortaleciendo su red de socios industriales y tecnológicos, impulsando acuerdos estratégicos para llevar su electrolito disruptivo desde el laboratorio hasta la producción en 2027. De manera complementaria, se desarrollarán celdas que utilicen este electrolito como base tecnológica, en el marco de proyectos clave que permitan avanzar en la integración y validación de esta solución en aplicaciones reales.
Hoja de ruta
Basquevolt se aseguró en marzo una inyección de casi 10 millones de euros con el respaldo de Ekarpen, Stellum y CDTI Innvierte. Esta inyección le permitirá mantener su hoja de ruta tecnológica y acelerar su industrialización durante 2025. En línea con su estrategia de alianzas, Basquevolt cerró 2024 con acuerdos con dos grandes fabricantes de automoción. Además, a lo largo de este año impulsará un plan de industrialización en colaboración con empresas vascas, con un enfoque en aplicaciones para almacenamiento estacionario y pequeña movilidad. Basquevolt cuenta con el respaldo de Gobierno vasco, CDTI Innvierte, Iberdrola, CIE Automotive, Enagás, EIT InnoEnergy, Ekarpen, Stellum y CIC energiGUNE, y trabaja en estrecha colaboración con socios industriales y tecnológicos para llevar sus avances del laboratorio a la producción a gran escala. Su nuevo director general, Pablo Fernández Santos, tiene como objetivo la ejecución de la estrategia comercial y la consolidación del modelo de negocio, asegurando la competitividad de Basquevolt.