Vitoria. Lleva veinte años como productor independiente y tiene una visión muy clara de lo que está influyendo la crisis en el sector audiovisual. Durante siete años estuvo ligado a Euskal Telebista en diversos puestos directivos, entre ellos el de director de ETB. En estos momentos, su empresa produce el debate de ETB-2 De boca en boca.
Suena fuerte lo de ser Premio Talento 2012.
Son los premios que da la Academia de la Televisión todos los años a una serie de profesionales que se supone que han hecho algo significativo o relevante durante un tiempo de profesión. No tiene más importancia de que alguien se acuerde de ti y el resto esté de acuerdo en dártelo, no es más.
¿Le sorprendió?
La verdad es que sí. No lo esperaba para nada, tampoco considero que yo haya hecho nada relevante...
No sea modesto, lleva muchos años en el mundo de la televisión.
No he hecho nada más allá de lo que hacen otros profesionales. Es un cúmulo de circunstancias. Al final, todo se reduce a que tu nombre esté en el sitio adecuado en el momento oportuno, nada más.
¿Cuánto tiempo lleva en el mundo de la comunicación?
Estuve en DEIA siete años. En el 84 entré en EITB, estuve siete años en el cuadro directivo, los dos últimos como director de ETB, anteriormente había sido director de Producción, también fui director de Programas. Después, el 91 y 92, estuve como director del Festival de Donostia. Posteriormente, me puse como director independiente y en marzo del próximo año cumpliré veinte años en esta actividad.
¿Qué tal se vive como productor independiente en época de crisis?
Todo depende de la suerte que tengas. Si tienes algún programa en emisión -esa es mi circunstancia-, sobrevivimos, no podemos echar cohetes pero sobrevivimos, aunque siempre estamos pendientes de renovaciones y de nuevos proyectos, a ver si salen adelante. Dependemos del criterio del equipo directivo de las diferentes cadenas y si estamos en gracia nos irá bien.
Ha cambiado mucho la televisión, ¿no cree?
Sí. Las circunstancias son muy diferentes a las actuales. Por ponerte un ejemplo, nosotros en aquellos tiempos no teníamos lecturas diarias de audiencias como existen ahora.
¿Con qué criterio se programaba entonces?
Con intuiciones, impulsos..., luego corregíamos esas actuaciones en base a unas audiencias que se generaban cada tres meses.
Ahora la audiencia es al minuto, supongo que resultaba más cómodas esas mediciones trimestrales.
Pues sí, ahora tenemos la esclavitud de la audiencia. Yo no estoy de acuerdo con que una televisión pública tenga que estar mirando solamente la audiencia.
La televisión pública tiene que verse, ¿no?
Es evidente, la televisión tiene que verse. Exactamente, pública con público, estoy de acuerdo. Pero yo defiendo que hay programas que aunque tengan poco público deben tener presencia en la televisión. Hay colectivos que requieren productos que no se les están dando.
Hay un debate intenso sobre las televisiones públicas, ¿cómo ve usted desde el status de productor el futuro de estos entes?
Con preocupación. Estimamos que el equipo directivo de las cadenas tiene que hacer la programación que crea conveniente y nosotros tenemos que dar que ese equipo requiere. Somos como un sastre al que se le pide un traje y los directivos nos dicen si quieren la chaqueta cruzada o con solapa estrecha o ancha. Tengo opinión como persona, como productor independiente me debo a lo que me pidan.
¿Y cómo cree que debe ser una televisión pública?
Estamos condicionados por los presupuestos. Creo que se deberían hacer programas para todos los colectivos; es cierto que se debe primar más a los colectivos más amplios. Soy partidario de que en una televisión pública entren los programas culturales y aquellos que tienen una elaboración importante. No debemos dilapidar pero sí debemos hacer un producto de calidad. La televisión pública no debe ir solo a programas de mucha audiencia pero baja calidad. No quiero decir que se esté haciendo así y no es una crítica a la televisión que tenemos.
Si nos centramos en el modelo ETB, que es lo más cercano a nosotros, ¿qué formatos cree que faltan, según su punto de vista?
No es tanto el tipo de programas que faltan, más bien es que hay programas que se hacen pero que se emiten en unos horarios casi, casi inaccesibles; o muy tarde, o muy pronto.
¿Tendrían que programarse en 'prime time'?
Es evidente que los programas que tienen una menor audiencia no podrían programarse en un horario privilegiado pero sí en un horario que se accesible para la mayoría de la población, antes de las doce de la noche. Aunque se están dando programas del tipo que yo defiendo, se emiten a horarios que no son cómodos.
Estaba en Euskal Telebista cuando nació ETB-2. Existe una discusión política y social: Solo ETB-1, los dos canales... ¿cómo lo ve?
Tengo que reconocer que cuando surgió ETB-2 no lo tenía nada claro, pensaba que la televisión pública vasca tenía que ser en euskera, pero luego me di cuenta de que hay un colectivo importante de la población que no sabe euskera y tiene derecho a tener una televisión pública. Soy partidario de mantener las dos cadenas; hoy por hoy, no tengo dudas sobre ese tema: ETB-1 y ETB-2.