LONDRES. Un estudio hecho por científicos de Estados Unidos descubrió que las células sanas que rodean a un tumor cancerígeno generen una proteína que explicaría por qué algunos pacientes desarrollan resistencia al tratamiento con quimioterapia.

De acuerdo con el análisis, hecho por el centro de investigación del cáncer "Fred Hutchinson" de Seattle (EE.UU), nueve de cada diez personas con un tumor sólido -como los de mama, próstata, pulmón o colon- en fase de metástasis se vuelven resistentes al tratamiento con quimioterapia, que habitualmente se administra por períodos limitados de tiempo para evitar la intoxicación del cuerpo.

Sin embargo, durante los períodos de descanso, las células tumorales se recuperan y desarrollan resistencia.

La investigación se centró en la reacción que la quimioterapia provoca sobre los fibroblastos, un tipo de células que desempeñan un papel muy importante en la cicatrización y producción de colágeno.

Según los investigadores, la quimioterapia causa daños en el ADN que a la vez provocan que los fibroblastos produzcan hasta treinta veces de lo que deberían de una proteína llamada WNT16B, que estimula el crecimiento de las células tumorales, y las ayuda a que invadan los tejidos aledaños y a que se vuelvan resistentes al tratamiento.

Las funciones de esta proteína en el desarrollo del cáncer ya eran conocidas, pero es la primera vez que los científicos la relacionan con la resistencia a la quimioterapia.

"Los tratamientos contra el cáncer están volviéndose cada vez más específicos (...). Nuestro descubrimiento indica que el microambiente que rodea al tumor también puede influir en el éxito o el fracaso de estas terapias", explicó Peter Nelson, autor principal del estudio, a la cadena británica BBC.

Por su parte, Fran Balkwill, experto del centro de investigación británico "Cancer Research UK", afirmó que este trabajo "encaja con otros estudios previos que muestran que los tratamientos contra el cáncer no solo afectan a las células tumorales, sino también a las que rodean a los tumores".

El siguiente paso será, según Balkwill, encontrar formas de enfrentarse a estos mecanismos de resistencia para aumentar la eficacia de la quimioterapia.