La sobria pero minuciosa escuela de diseño escandinavo vuelve a dar frutos. Liberado ya de la incertidumbre ante el porvenir, Volvo vuelve a ejercer su magisterio y desvela el V40, una ambiciosa apuesta con la que darse a valer entre el gran público. El nuevo producto es un turismo de imagen cautivadora y a la vez equívoca, que debuta pertrechado con las últimas tecnologías y con recursos de seguridad tan innovadores como el airbag para viandantes. Además, la casa sueca rubrica la candidatura del pretendiente con una tarifa sensata: la versión más asequible sale por 22.950 euros.

El V40 engaña a la vista. Al contemplarlo, su porte sugiere una corpulencia superior a la real, lo que transmite la impresión de estar ante un automóvil de mayor entidad. En realidad, esta próxima incorporación (saldrá a la venta en agosto) tiene unas proporciones bastante escuetas. Aunque su silueta contagiada por el estilo de las voluminosas variantes familiares induce a compararlo con el anterior V50, la eslora del V40 alcanza 4,37 metros, medida que lo deja una talla por debajo de los modelos de cuatro metros y medio.

Esa estampa peculiar se convierte en el principal rasgo de identidad del vehículo. A primera vista parece una de esas modernas creaciones tipo break que sacrifican el espacio en aras de la estética. El paradigma sueco de esta tendencia en alza es el V60. Siguiendo el ejemplo de este hermano mayor, el inminente V40 aprovecha su contenida y sugestiva hechura para habilitar una cabina ideal para cuatro ocupantes (está homologada como cinco plazas pero la trasera intermedia no brinda el mismo grado de confort).

La popa expandida confiere al habitáculo un agradable desahogo, al tiempo que permite ensanchar un poco la capacidad; el maletero ofrece 335 litros, ampliables abatiendo total o parcialmente el respaldo posterior. A esa zona de carga se accede a través de un portón levemente tendido, elemento que contribuye a alimentar la imagen de wagon. De hecho, es la perspectiva trasera del vehículo la que se empeña en hacerlo pasar por un genuino familiar.

Cuatro motores El V40 va a salir a la venta animado por cuatro motorizaciones. Volvo oferta inicialmente un único propulsor de gasolina, el T4 sobrealimentado de 180 caballos, y tres motores diésel de inyección directa consecutivos, D2 de 115 CV, D3 de 150 y D4 de 177 CV. El de gasolina y el gasóleo menor tienen estructura de cuatro cilindros en línea y coinciden en cilindrada (1,6 litros); las dos unidades diésel superiores presentan arquitectura de cinco cilindros y cubican dos litros.

Todo el repertorio motriz instala sistema de detención y arranque automáticos en las paradas para economizar combustible y evitar contaminación. Sus cuatro integrantes se combinan con cajas de cambio manual y automática de seis relaciones. Start&Stop y transmisiones cooperan a la hora de homologar brillantes cifras de consumo y de emisiones de CO2. Destacan las del D2, gasóleo menor que se conforma con 3,6 litros de promedio ideal y exhala únicamente 94 g/km. Los D3 y D4 empatan en 4,5 litros de gasto medio y 117 g/km de dióxido de carbono. La mecánica gasolina sobrealimentada presenta, asimismo, excelentes credenciales: reclama 5,9 litros y expele 138 g/km. Volvo mantiene en cartera otras alternativas motrices de gasolina. Son las variantes T3, 1.6 litros con 150 CV, y T5, cinco cilindros de 2,5 litros y 254 CV.

El constructor nórdico bajo tutela china aplicará al V40 cuatro definiciones de producto. La básica, disponible sólo con el motor gasóleo modesto, escatima algunas dotaciones para conseguir el precio final de 22.950 euros. No obstante, ofrece de serie un amplio surtido de airbags (incluyendo el de viandantes), control de estabilidad, sistema City Safety de frenado autónomo, luces de freno adaptativas, aire acondicionado, elevalunas y retrovisores eléctricos, radio CD, etc.

Las dotaciones van aumentando a medida que crece el desembolso. Así, la versión más ambiciosa del repertorio V40, la D4 Summum Geartronic, justifica los 34.051 euros de su precio con un equipamiento más generoso. Un D3 de 150 CV con terminación intemedia Kinetic sale por 25.950 euros; el gasolina T5 (180 CV) menos costoso se asocia al acabado alto Momentum y reclama 29.618 euros.