BILBAO El progreso tecnológico en el sector del automóvil guarda similitudes con el avance de un pelotón ciclista, que se estira estimulado por las sucesivas tentativas de fuga de los integrantes ansiosos por destacarse del resto. Uno de los más recientes y audaces intentos por mejorar en el mundo de las cuatro ruedas lo protagoniza el grupo francés PSA, que da un tirón decidido a explorar las posibilidades de la hibridación. Peugeot es pionera en coordinar un motor eléctrico (37 CV) encargado de mover las ruedas traseras con otro diésel (163 CV) que anima las delanteras; obtiene así tracción integral en determinadas circunstancias, mitigando de paso el gasto y las emisiones. De esta innovadora fórmula dieseléctrica se benefician el 3008 Hybrid4 y el 508 RXH, interpretaciones con alma viajera y atuendo de correcaminos.

Hasta el momento ningún otro fabricante se ha decidido a seguir la receta francesa elaborada por la marca del león. El método híbrido entra también en los planes de futuro de la firma hermana de los galones. Citroën tiene lista una variante similar del moderno DS5 que saca partido a las cualidades dinámicas, económicas y ecológicas de este recurso técnico. Tras aplicarlo al monoespacio compacto 3008, que subraya así su latente naturaleza SUV (Sport Utility Vehicle), Peugeot la extiende ahora al 508. La berlina superior está a punto de poner en la calle el RXH, sugestiva reinterpretación campera del formato SW dotada de la tecnología mestiza mostrada por el HYbrid4.

La adaptación al nuevo soporte del mismo sistema de impulsión mixta gasóleo-electricidad cosecha unos resultados muy similares. Las diferencias de rendimiento, costes y secuelas medioambientales son mínimas y se justifican por las diferencias de envergadura y peso de los dos formatos. El RXH toma como punto de partida el envase familiar del modelo cumbre de la gama, que se traviste de crossover incorporando ligeros cambios a su indumentaria. Adquiere un porte más imponente al realzar cinco centímetros su techo y ensanchar otros cuatro su contorno. Los refuerzos de carrocería (protecciones de bajos, pasos de rueda, etc.) confieren al conjunto un aspecto más acorde al espíritu aventurero que lo inspira.

Además, Peugeot lo distingue con rasgos exclusivos como luces diurnas LED a modo de zarpazos bajo los grupo ópticos, llantas de diseño específico, revestimientos de aluminio en el cuadro de instrumentos, etc. Dicha ornamentación equipara a este 508 con las creaciones todocamino más refinadas (Allroad de Audi, Volvo XC70, Touring XDrive del BMW Serie 3, etc.). Ninguna de ellas puede competir con la austeridad y la limpieza de las que hace gala la variante híbrida del modelo francés. Su única contrapartida es la merma del portaequipajes (pierde unos cien litros respecto a la versión convencional), obligada por la presencia de las baterías de níquel-cadmio que nutren al motor eléctrico.

El modelo se oferta ataviado con una definición de producto especial en la que no falta detalle. A los elementos habituales en el 508 agrega techo panorámico, sistema de navegación, Head up display con proyección de informaciones (velocidad, rumbo, distancia al vehículo precedente, etc.), tapicería mixta cuero-textil, etc. El fabricante asigna a esta versión híbrida RXH un precio oficial de 41.500 euros. Un 3008 HYbrid4, animado por la misma tecnología combinada, sale por 36.000 euros con equipamiento semejante. Existe, no obstante una variante más sencilla que reclama 33.800 euros.