Vitoria. La serie Mi Querido Klikowsky regresa hoy a ETB-2 con nuevas historias y enredos. La crisis es la gran protagonista de la trama de la octava temporada de la serie. Saúl, Txomin y compañía tendrán que sortear la mala situación financiera a su manera en esta nueva entrega de la serie.

Entre las novedades de esta temporada hay que destacar la irrupción de la televisión local Arrate Telebista con la incorporación en el reparto de Gorka Otxoa que encarnará al director de la televisión y Aitziber Garmendia que será su compañera de trabajo.

El bar también se transforma en esta nueva etapa. Se convertirá en La Bombonera un bar más moderno con toque argentino regentado por Saúl. Asimismo los diferentes episodios de la nueva temporada nos van a traer curiosos y atractivos cameos. Iñaki Anasagasti, Usun Yoon, Gabino Diego, Ana Urrutia, Martín Berasategi, Txumari Alfaro, Juanito Oiarzabal, Enma Suárez, Alex Ubago, Euken Ostolaza, Julian Iantzi y Peio Ruiz Cabestany se han prestado a hacer de actores por un día en esta última temporada de la serie.

La crisis financiera está llevando al mundo al caos económico. Lo que empezaron siendo "turbulencias" del mercado, se han convertido ahora en un terremoto que ha provocado un tsunami que amenaza con llegar al más recóndito lugar del planeta. Todo el mundo siente las consecuencias de su efecto devastador. ¿Todo el mundo? ¡No!

En un pequeño pueblo industrial situado en el corazón de Euskal Herria los protagonistas de la serie se las ingenian para surfear la crisis de mil maneras diferentes. Claro que la suerte ha tenido algo que ver: Manu (Kike Díaz de Rada) ha vendido muebles Olabe por un fortunón y ahora es millonario. Puede pagar las indemnizaciones que marca la ley y ayudar a su gente a buscar nuevas oportunidades.

A Txomin (Janfri Topera) lo prejubila y los demás tienen dinerito.

Jon (Paco Obregón) vende el bar Lasa a Saúl (Martín Gervasoni), Saúl no tiene el dinero suficiente pero Maritxu (Esther Velasco) le ayudará. Esto desesperará a Txomin; además de revelarse como un barman espectacular, el judío no le va a fiar, no le va a dejar beber ni una copita de más y le va a controlar demasiado. Encima, Saúl tiene sus propias ideas de por dónde quiere llevar el bar; ideas que chocarán frontalmente con las de Txomin, entre otras cosas porque incluyen el poner a trabajar con él a Maritxu, y contratar a Ainhoa (Vito Rogado) como camarera.

La franquicia del enfrentamiento Txomin-Saúl se verá reactivada, para desgracia de Txomin: antes Saúl no le dejaba vivir. Ahora ni le deja vivir, ni le deja beber. Y encima parece tener abducida a Maritxu, que respalda a Saúl en todas sus decisiones. Y para colmo, el humor ácido de Ainhoa le sigue sacando de quicio, como en la fábrica.

Por muchos intentos que haga de buscar un hueco en el bar -sellando quinielas, vendiendo puros, repartiendo diarios gratuitos- ni sus antiguos compañeros ni su mujer le darán bola para que se entrometa en el negocio.

Arrate, por su parte, está encantada con la dichosa crisis. Con el dinero de la indemnización ha abierto una asesoría que dirige desde casa para papeleos de expedientes en crisis y despido de trabajadores. Pronto, el trabajo se acumula y necesita contratar a gente. La única empresa que contrata personal es la que despide a otros. Esta incongruencia le llevara a discusiones con Saúl, con su padre, y con Ainhoa.

MAnu se queda solo Al que mejor le sale el asunto es a Manu, que ahora no necesita parecer un millonario, porque lo es. Silvia, su compañera, le anuncia que lo deja. No quiere ser una mantenida, ni que piensen que está con él por el dinero. Quiere despejar sus dudas sobre sí misma; un ex compañero del porno le ha hecho una oferta para trabajar en Barcelona, y lo intentará.

Manu, solo y con el culo inquieto, se meterá de promotor de todo lo que le venga encima, y así se hace amigo de toda la high society vasca, pero como buen vasco, no se olvida de sus amigos de toda la vida. Con tanto trajín, Manu necesita un hombre de confianza, una mano derecha que le lleve esos asuntos rutinarios que él no puede llevar. Javi (Patxi Pérez) será el hombre elegido.

Un Javi nuevo, convertido en un ejecutivo elegante y competente que no dejará de tener sin embargo formas de comportamiento y reacciones espontáneas que nos recuerden su tumultuoso pasado y su excéntrica forma de ser y de ver el mundo. Aun y todo, Javi será chófer, mayordomo, ayudante de cámara, jardinero e incluso decorador de la nueva y ajetreada vida de Manu.

Dolores (Miriam Cabeza) ha avanzado mucho en su carrera. Está ya en época de empezar ciertas prácticas, que la preparen para el mundo profesional. Gracias a sus contactos, Manu la coloca en Arrate Telebista. Las entrevistas de Dolores son un desastre pero incomprensiblemente se convierte en la reina del share.