A Karlos Arguiñano a veces le pierde su naturalidad, su impulsividad, su falta de filtro a la hora de decir lo que piensa. Normal por otra parte cuando uno lleva tantos años grabando programas desde su pueblo y con el mismo equipo: uno se siente literalmente en casa.

Pero cuando tanta locuacidad le juega una mala pasada, el cocinero guipuzcoano nunca tiene problema en asumir sus errores y en disculparse. Como sucedió este lunes durante la emisión de su programa a mediodía en Antena 3. No es la primera vez que Arguiñano pide perdón por un chiste desafortunado o una opinión política fuera de lugar, pero en esta ocasión sorprendieron sus palabras porque sonaron casi a despedida.

En el transcurso del programa, en el que preparó quinoa con pollo y verduras y entrecot con salsa de chalota y mostaza con patatas, el veterano cocinero realizó un parón por sorpresa para dirigirse a la audiencia. "Yo siempre aprovecho las Navidades para pedir excusas. No es Navidad, pero me adelanto. Hablo tanto durante todo el año€ Me hacen tantas entrevistas, que igual en algún momento a alguien no le ha sentado bien lo que yo he dicho. Pido perdón de verdad. Pido excusas si en algún momento he dicho alguna cosa que no os ha gustado", se sinceró Arguiñano.

El televisivo cocinero, de 72 años, y que este miércoles iba a recibir la tercera dosis de la vacuna contra la covid-19, según anunció en sus redes, dejó caer que su retirada puede estar próxima. "No va a ser por muchos años, pero estoy muy contento haciendo todos los días estos trabajos para todos vosotros".

Su retirada nada tendrá que ver con que la audiencia le dé la espalda. De hecho, Cocina abierta de Karlos Arguiñano despidió noviembre anotando su máximo histórico en cuota de pantalla (19,1% de share) y con más de un millón de espectadores.