Sin haber alcanzado aún la mayoría de edad, Peio Añarbe ya conoce lo que se siente al subirse a lo más alto del podio. Hijo de dos deportistas como Waleska Sigüenza y Pedro Añarbe, su pasión por el esquí comenzó a gestarse desde muy pequeño y ahora es una promesa muy real del esquí de fondo estatal. “Ahora cuando gano es diferente a cuando era niño porque soy más consciente de todo el trabajo y las horas que hay detrás de ese triunfo”, cuenta.