Hay una casa en Arangiz, la de la familia Lauzurika, en la que no tienen miedo a que cuando la jubilación toque a su puerta las tierras que con tanto empeño cultivan se queden sin trabajar. Jon ya ha mostrado su deseo de tomar el relevo de su padre; en realidad, es algo que siempre ha querido. “Siempre he estado ayudando en casa, trasteando con los tractores, haciendo lo que tocase y he querido seguir con ello”, asegura antes de demostrar que conoce lo que se trae entre manos. “De toda la vida hemos puesto grano: trigo, cebada y avena; y toda la vida también hemos tenido remolacha. Estos últimos años hemos puesto colza, que se usa para hacer biodiésel, y vamos a poner como nuevo cultivo girasoles y guisantes”, detalla.