Pese a que Álava es el único territorio de Euskadi sin acceso al mar, esto no quita que sea cuna de lugares increíbles. Es más, la ausencia de costa y mar se ve compensada con un rico patrimonio tanto a nivel patrimonial como histórico. Así lo demuestran su entorno natural y paisajes, al igual que sus pueblos: auténticas joyas que vale la pena conocer.
Por eso, según la revista ‘España Fascinante’, hemos recogido uno de sus artículos para hacer un breve repaso de algunos de ellos. Aunque no son los municipios más famosos, situarlos en el mapa y saber más acerca de ellos es algo imprescindible para cualquier viajero.
Seis pueblos con magia
Al margen de algunos ya citados por la publicación en su artículo, hemos recogido los que menos suelen escucharse, pues estos también poseen una esencia y un encanto que no se pueden pasar por alto. Y que, por supuesto, son ideales para visitar.
Antoñana
En la confluencia de los ríos Ega y Sabando, Antoñana, concejo de Kanpezu, es todo un testigo del pasado medieval de Álava. Fundada en el siglo XII por Sancho el Sabio de Navarra, su estructura ha permanecido prácticamente intacta.
Tres calles paralelas forman el corazón del pueblo, donde se erigen edificios de piedra con escudos heráldicos del siglo XVI. Su muralla, integrada en las viviendas, es uno de sus rasgos más distintivos, perforada por balcones y ventanas.
Los alrededores de Antoñana están dibujados por senderos para explorar sus legendarios tejos, algunos de más de cinco metros, en un entorno natural incomparable.
Quejana
Situada en el noroeste de Álava, Quejana, perteneciente a Aiala, es un punto muy próximo a los parques naturales de Valderejo y Gorbeia. Este pequeño concejo destaca principalmente por su conjunto monumental ligado al linaje de los Aiala.
La fortificación gótica del siglo XIV, que incluye la Iglesia de San Juan Bautista, el Torreón-Capilla y el Palacio Fortificado, es un recordatorio de la importancia histórica de esta localidad.
Del mismo modo, su conexión con Don Pedro de Ayala, canciller mayor de Castilla, refuerza su relevancia cultural.
Samaniego
En la Rioja Alavesa, al sur del territorio, Samaniego presenta una combinación única de paisajes y arquitectura medieval. Sus calles empedradas están flanqueadas por fachadas de piedra que conservan el ambiente histórico del pueblo.
La Iglesia de la Asunción, del siglo XV, y el Palacio de Samaniego, del XVII, destacan como ejemplos de su rico patrimonio. El toque espiritual viene acompañado de las ermitas de la Virgen del Valle y de Cristo, junto con los viñedos que rodean la localidad.
Markinez
En el parque natural de Izki, Markinez, perteneciente a Bernedo, es un pintoresco lugar que se distingue por sus casas blasonadas y palacios nobiliarios, como la Casa Consistorial. Sin embargo, lo que sorprende a los visitantes son sus cuevas artificiales, testigos de antiguos asentamientos.
Entre sus monumentos más destacados están la Iglesia de Santa Eulalia, dedicada a la Anunciación de la Virgen, y la Ermita de San Juan, una construcción del siglo XIII. El barranco que flanquea el pueblo le otorga un aura de misterio y belleza.
Cárcamo
Cárcamo, o también conocido como Karkamu en euskera, situado en Valdegovía y a los pies de la sierra de Arkamo, combina su arquitectura medieval con la cultura. Este pueblo fue fundado en el siglo XI por Martín de Varona.
Las casas torre y edificaciones de piedra son testigos de su pasado. La iglesia de la Asunción, de estilo románico, y la ermita de San Juan Bautista, un templo cisterciense del siglo XI, son buenos ejemplos de su riqueza arquitectónica.
Labraza
Reconocida en 2008 con el Premio Mundial de Ciudades Amuralladas, Labraza, concejo de Oión, es un ejemplo de urbanismo medieval. Su recinto amurallado, con torres cúbicas que protegen un casco urbano de callejuelas restauradas, evoca tiempos de caballeros y castillos.
La muralla, que forma parte de las fachadas de los edificios, y la Iglesia de San Miguel, cuyos muros góticos sirvieron como defensa, son los principales puntos de interés. Reformas posteriores en los siglos XVIII y XIX han añadido nuevas capas a su rica historia.
Conociendo Álava
Conocer los pueblos de Álava es descubrir su rica historia, arquitectura medieval, paisajes naturales impresionantes, y tradiciones. Desde Laguardia, con sus bodegas subterráneas, hasta Salinas de Añana y su espectacular Valle Salado, entre otros, cada rincón ofrece un encanto único.