El Astral, el velero de la ONG Open Arms, ha prestado ayuda durante la madrugada de hoy a una barca con 38 migrantes que se encontraba cerca de las costas de Lampedusa, en el sur de Italia, y esperó a que llegase la Guardia Costera italiana que les condujo a puerto.

"El Astral dio asistencia esta noche a una patera a la deriva con 38 personas, menores entre ellas, poco después de zarpar de Lampedusa. Y otro naufragio con decenas de ahogados ayer cerca de Libia. No es el mar, es el cementerio de los más vulnerables", ha comunicado la ONG en sus redes.

La ONG localizó el barco durante la madrugada y a las 3.00 horas (1.00 GMT) llegó la lancha de la Guardia Costera que les trasladó a Lampedusa, lugar que vive en estos días una oleada de llegadas, con más de 2.000 migrantes hacinados en su centro de acogida, que puede alojar a sólo 400.

Ante la actual situación, el gobierno pretende intensificar los traslados desde el centro de Lampedusa a otros puntos de Sicilia o de la Italia peninsular en grandes naves, algo que ya se está haciendo cada tarde desde el muelle de la isla, desde donde los inmigrantes son llevados a la ciudad siciliana de Porto Empedocle.

Varios migrantes llegados desde el norte de África desembarcan en la isla italiana de Lampedusa para dirigirse al centro de acogida. Gonzalo Sánchez

La evolución de este fenómeno sigue en cualquier caso al alza ya que, en lo que va de año, han desembarcado en las costas del sur italiano 38.988 inmigrantes, cuatro veces más que los 9.673 que lo hicieron en el mismo periodo de 2022, según los últimos datos oficiales. 

Un centenar de cadáveres en Túnez

Por otro lado, el repunte del tránsito de migrantes en el Mediterráneo central también se ha hecho patente en las costas de Túnez, donde en apenas unos días han sido localizados los cadáveres de unos cien migrantes y refugiados, según un responsable sanitario de la ciudad de Sfax, que ha confirmado la llegada de todos estos cuerpos a la morgue local.

La Guardia Costera ha asegurado que solo el lunes y el martes, interceptó 17 embarcaciones con un total de 524 migrantes, en un país que se ha convertido en punto de paso clave en la ruta migratoria hacia el sur de Europa, en particular para llegar a las costas de Italia. Las salidas desde Túnez se han disparado desde que el presidente, Kais Saied, anunció un endurecimiento de la vigilancia.

Incesantes desembarcos

El puerto de Lampedusa afrontó hoy una nueva jornada de desembarcos de inmigrantes, con la llegada a esta pequeña isla italiana en el Mediterráneo de alrededor de 700 personas desde el norte de África, lo que agravó la más que precaria situación de su único centro de acogida.

Así es el centro de acogida de Lampedusa: Unas precarias instalaciones que quintuplican su capacidad y son custodiadas las 24 horas por el Ejército italiano. Gonzalo Sánchez

Antes del mediodía una barcaza con un centenar de inmigrantes entraba en el puerto Favaloro escoltada por una nave de la Guardia Costera, anticipando una nueva jornada difícil en la isla en medio de una oleada de llegadas desde Túnez favorecida por el buen oleaje.

Durante la noche los buques militares italianos habían logrado interceptar en alta mar diez barcazas con un total de 435 inmigrantes de distintas nacionalidades, como Camerún, Nigeria, Mali, Chad, Burkina Faso o Sudán del Sur.

Posteriormente, otros 146 pudieron desembarcar en Lampedusa a bordo de tres pateras, entre estos 23 mujeres y cinco niños llegados de los mismos países y que, como el resto, habían zarpado desde el litoral tunecino, de la ciudad de Sfax.

Mientras que 115 lo hicieron en el área comercial del puerto de esta isla sobre un pesquero, aunque estos aseguraron que habían salido desde Libia en el momento en que fueron frenados por la Guardia de Finanza italiana (policía fronteriza).

"No sabemos dónde enterrarlos"

 Asimismo, Lampedusa volvió a conocer el rostro de la tragedia después de que efectivos de la Guardia Costera italiana recuperaran en el mar los cadáveres de dos mujeres, presumiblemente muertas en los tres naufragios del lunes, en los que se dio por desaparecidas a unas veinte personas, según los propios supervivientes.

El alcalde de la localidad, Filippo Mannino, tuvo que telefonear esta mañana ala Delegación del Gobierno en Agrigento (Sicilia, sur), de la que depende administrativamente, para buscar un lugar de sepultura para estas personas.

Varios migrantes rescatados en el Mediterráneo central son recibidos en el puerto italiano de Lampedusa. Gonzalo Sánchez

"No sabemos dónde enterrarlos", reconocía a esta agencia uno de sus asesores.

Este miércoles, después de tres días de goteo de personas, el centro de Contrada Imbriacola, amurallado y custodiado día y noche por el ejército, contaba con unos 3.300 "huéspedes", de los que más de 300 eran niños, frente a una nimia capacidad de 400.

Esto ha hecho que sus condiciones higiénicas y sanitarias sean cuanto menos precarias, con los inmigrantes durmiendo al raso sobre colchones sucios, con poca comida o resguardándose de un sol de justicia bajo los pinos de su patio.

El Ejército italiano hace guardia las 24 horas en el centro de acogida de Lampedusa. Gonzalo Sánchez

Los niños, los más vulnerables

"En una situación de hacinamiento como esta es casi imposible garantizar el respeto de los derechos fundamentales y dar respuesta a las necesidades primarias, sobre todo de los más vulnerables, que son los menores", reconoció Giovanna di Benedetto, portavoz de "Save the Children", una de las pocas organizaciones que tienen acceso al centro.

Entre los migrantes hay numerosos niños, como una niña de tan solo 15 días de vida llegada al lugar esta misma mañana.

"Necesitan de todo. Es muy difícil acceder a baños o a servicios básicos sanitarios que a menudo son pocos. Faltan bienes primarios, a veces no se consigue dar a tiempo comida o vestimentas adecuadas. Los niños hoy estaban sin zapatos y las madres se los hacían con las mantas térmicas para evitar que caminaran descalzos", refiere.

Deplorables condiciones en las que los migrantes son atendido en el saturado centro de acogida de Lampedusa. Gonzalo Sánchez

Expulsiones

El Gobierno italiano, de la ultraderechista Giorgia Meloni, además de declarar el "estado de emergencia migratorio" para potenciar las expulsiones, estudia el modo en el que aliviar toda esta situación ante un verano que promete ser difícil, amenazado por un nuevo polvorín africano, la guerra en Sudán.

Ayer, Día de la Liberación en el país, su ministro del Interior, Matteo Piantedosi, se trasladó a Lampedusa para visitar durante poco más de diez minutos el centro de acogida y prometer desde sus puertas un "plan" que "ordenará" este fenómeno.

Llegada de Matteo Pelosi al centro de acogida de Lampedusa, donde tan solo estuvo diez minutos pese a quintuplicar su capacidad de acogida. Gonzalo Sánchez

La idea en concreto es intensificar los traslados desde el centro de Lampedusa a otros puntos de Sicilia o de la Italia peninsular en grandes naves, algo que ya se está haciendo cada tarde desde el muelle de la isla, desde donde los inmigrantes son llevados a la ciudad siciliana de Porto Empedocle.

Italia ordena atracar en la saturada isla

El barco de la ONG alemana Resqship recibió la orden de las autoridades italianas de dirigirse a la isla de Lampedusa, tras rescatar este miércoles a 41 personas en el Mediterráneo central, para atracar en su puerto, saturado con más de 3.000 migrantes por las llegadas de los últimos días.

"Nuestra tripulación se encontró con un barco inestable en la zona de emergencias de Malta. En una operación de rescate de una hora, la tripulación pudo rescatar a las 41 personas y subirlas a bordo. Las autoridades italianas nos asignaron luego el puerto de Lampedusa", indicó la ONG en sus redes sociales.

La situación en el Mediterráneo es "dramática", pues en apenas unas horas de navegación recibieron alertas de "numerosas emergencias marítimas", según Resqship

 "Entre los rescatados se encuentran una mujer embarazada, un niño de 4 años y varios menores de edad", apuntó la organización.

La asignación de Lampedusa como puerto donde el barco humanitario podrá desembarcar a las personas socorridas sale del patrón habitual por el que el Gobierno italiano ordena a las embarcaciones tripuladas por ONG dirigirse a puertos lejanos, en ocasiones a varios días de navegación, tras concluir su primer rescate.