El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este miércoles "una contribución excepcional" a las grandes empresas que tienen importantes beneficios y dedican una parte a la compra de acciones propias, con el fin de que los trabajadores puedan beneficiarse.

"Hay un cierto cinismo cuando las grandes empresas tienen beneficios tan excepcionales que pueden incluso comprar sus propias acciones", dijo el presidente en una entrevista televisada tras las revueltas que se multiplican en el país contra la reforma de las pensiones adoptada este lunes en el Parlamento.

Macron consideró que esos beneficios explican buena parte del malestar social de una parte de la población en un momento de fuertes protestas contra su reforma de las pensiones, que supondrá trabajar dos años más para poder jubilarse.

El presidente indicó que las compañías energéticas ya pagan una contribución excepcional, amparada en reglas europeas, que está sirviendo para financiar el mecanismo que ha limitado la escalada en la factura de la electricidad y del gas para los particulares, pero señaló que se lo exigirá a otras.

Su ministro de Economía, Bruno Le Maire, precisó poco después, en la sesión de control al Gobierno en el Senado, que la idea es aplicar esa contribución a las empresas de más de 5.000 empleados que dedican una parte de sus beneficios a la autocompra de acciones para aumentar así su cotización.

Le Maire explicó que el objetivo es que "las empresas que hacen compras de acciones, es decir que tienen medios para hacerlo, contribuyan más a una mejor remuneración de los empleados".

En concreto, se trataría de obligarlas a repartir más dinero a sus trabajadores en forma de primas exentas de impuestos o de otros dos dispositivos que ya existen en Francia para compartir los beneficios empresariales, el "interés y la participación".

El ministro insistió en que su voluntad es que esa contribución adicional "sea sustancial" y sugirió que se podrían duplicar las cantidades que distribuyen actualmente.

Sobre la forma de llevarlo a cabo, habló de hacer una propuesta a sindicatos y patronal para que la negocien.

En respuesta al descontento de las clases medias, que no sacan partido de los grandes beneficios de las grandes empresas y tampoco reciben ayudas estatales, Macron anunció también una reforma de los subsidios destinados a los más desfavorecidos para evitar que estos últimos se mantengan en una situación de asistencia de larga duración.

En este sentido, Macron aseguró que "son necesarios derechos y deberes reforzados" para quienes cobran esos subsidios y dijo que buscarán fórmulas para devolverlos lo antes posible al mercado laboral para que no se eternicen en su cobro.