El Tribunal de Justicia de la Unión Europa (TJUE) dictaminó ayer que los nacionales británicos que residen en Estados miembros de la UE ya no disponen del derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales debido a la salida del Reino Unido del club comunitario. En su sentencia, el tribunal con sede en Luxemburgo recuerda que la ciudadanía de la Unión requiere la posesión de la nacionalidad de uno de los Veintisiete Estados miembros.

El dictamen responde a una cuestión prejudicial formulada por un tribunal francés ante el que presentó una demanda una ciudadana británica casada con un nacional francés y residente en Thoux (Francia) desde 1984 y que fue borrada del censo electoral de la localidad.

La demandante nunca solicitó la nacionalidad francesa, pero pidió que se le reconozca el derecho al voto en Francia por su situación personal. Esta mujer alegó que su residencia en Francia es anterior a la entrada en vigor del acuerdo de retirada vinculado al Brexit y que, además, ella ya no disfruta tampoco del derecho de sufragio activo y pasivo en el Reino Unido debido a la regla británica denominada “de los 15 años”, en virtud de la cual un nacional británico que resida desde hace más de ese tiempo en el extranjero ya no tiene derecho a participar en las elecciones organizadas en su país natal.

De este modo, la demandante se encuentra privada del derecho de sufragio activo y pasivo tanto en Francia como en el Reino Unido.

Mediante su sentencia, el Tribunal de Justicia responde que, desde la retirada del Reino Unido de la Unión Europea, el 1 de febrero de 2020, los nacionales de ese Estado que hayan trasladado su residencia a un Estado miembro de la UE antes del final del período transitorio ya no disfrutan del estatuto de ciudadano de la Unión.

Por tanto, no tienen el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales de su Estado miembro de residencia, incluso cuando también se vean privados del derecho de voto en las elecciones organizadas en su país de origen. Puesto que, desde el 1 de febrero de 2020, los nacionales del Reino Unido son nacionales de un Estado tercero, han perdido, desde esa fecha, el estatuto de ciudadano de la Unión. En consecuencia, ya no disfrutan del derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales de su Estado miembro de residencia, recalcó el TJUE.

Se trata de una consecuencia automática de la mera decisión adoptada soberanamente por el Reino Unido de retirarse de la Unión, concluye la sentencia de la justicia europea.

Críticas laboristas

En este contexto, el líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Keir Starmer, afirmó ayer que el Gobierno de Boris Johnson está “destrozando” las relaciones de su país con la Unión Europea (UE) e Irlanda por su intención de suspender unilateralmente partes del acuerdo del Brexit.

Starmer efectuó esas declaraciones en Dublín, donde se reunió ayer con el primer ministro irlandés, Micheál Martin, para abordar el controvertido protocolo del Brexit para Irlanda del Norte, en el punto de mira de Londres por las tensiones políticas y económicas que está causando en la provincia británica.

“Claro que el protocolo plantea desafíos, pero creo que hemos afrontado juntos retos más grandes durante nuestra historia compartida y creo que con flexibilidad por las dos partes, con buena fe, diplomacia y confianza en la mesa de negociación podemos abordar las cuestiones pendientes”, declaró el dirigente laborista. El problema, lamentó, es que Johnson “no tiene esas cualidades” y está “destrozando” las relaciones del Reino Unido con Irlanda y el bloque comunitario.

Asimismo, Starmer consideró que el premier es un dirigente “distraído” y debilitado por las divisiones de su partido, a pesar de haber sobrevivido a una moción de censura interna. “Está haciendo todo lo que puede para salvar su propio pellejo en vez de afrontar la cuestión importante, que es negociar con flexibilidad para superar los problemas pendientes”.

En corto

Protocolo

Irlanda del norte. Antes de la moción de censura interna de esta misma semana contra el premier británico, el Ejecutivo de Johnson ya había presentado planes legislativos para anular de manera unilateral partes del citado mecanismo del Brexit para Irlanda del Norte, una amenaza que entorpece el avance de las conversaciones que mantiene con la Unión Europea (UE) y podría violar la legislación internacional.

Gobierno

Negativa unionista. Esta cuestión impide también la formación de un Ejecutivo autónomo en Belfast, pues el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) se niega a compartir gobierno con los nacionalistas si el diálogo entre Londres y Bruselas no desemboca en una reforma radical del protocolo.