- Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, mantiene inalterable su postura por lo que sigue con la intención de vetar la propuesta de la Unión Europea (UE) de prohibir la compra del petróleo ruso. Bruselas había incluido esta premisa como la baza fundamental dentro del sexto paquete de sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania. Sin embargo, estas nuevas medidas no puede entrar en vigor puesto que para ello es necesario la unanimidad de los Veintisiete.

El Ejecutivo comunitario propuso el pasado miércoles prohibir las importaciones de todo el petróleo ruso en un máximo de ocho meses, aunque Hungría y Eslovaquia tendrían de plazo hasta finales de 2023, una prórroga que esos países piden sea de tres años. Así, Hungría y otros países de Europa Central y del Este, como Eslovaquia, República Checa y Bulgaria, se oponen a estas sanciones debido a su dependencia energética de Moscú.

Por el momento, ni el presidente francés, Emmanuel Macron, que ostenta el liderazgo de la UE este semestre, ni la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han conseguido que Orbán cambie de opinión.

Ayer fue el reelegido presidente galo quien contactó con el primer ministro húngaro, una conversación telefónica que tuvo lugar después de que el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, afirmara que “creo que podemos lograr un acuerdo durante esta semana. Habrá un sexto paquete de sanciones”.

En una entrevista al canal LCI, Beaune reconoció que “la cuestión del petróleo es sensible porque algunos países son muy dependientes” de las importaciones de Rusia. Una alusión a Hungría, que por boca de su jefe de la diplomacia, Péter Szijjártó, recordó el pasado lunes que el 65% de su petróleo y el 85% del gas viene de Rusia.

El secretario de Estado francés explicó que el compromiso podría llegar mediante la autorización de algunas derogaciones en términos de plazos para aplicar el embargo a ciertos países y también con garantías por parte del resto de los socios sobre el aprovisionamiento alternativo de crudo.

Un portavoz de Orbán, Bertalan Havasi, confirmó a la agencia de noticias Bloomberg que, junto al presidente Macron, “han hablado de temas relativos a la seguridad energética europea”.

Si ayer fue Macron el interlocutor de Orbán, un día antes había correspondido el turno a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En una reunión sorpresa celebrada en Budapest, Von der Leyen no pudo convencer a Orbán de que apoye las sanciones comunitarias al petróleo ruso por lo que el encuentro entre ambos mandatarios concluyó sin grandes avances.

“La conversación de esta tarde con el primer ministro Viktor Orbán ha servido para aclarar cuestiones relacionadas con las sanciones y la seguridad energética. Hemos avanzado, pero es necesario seguir trabajando”, escribió Von der Leyen en su cuenta oficial de Twitter.

La presidenta de la CE agregó que convocará una conferencia telemática “para reforzar la cooperación regional en materia de infraestructura petrolíferas.

Por su parte, el ministro de Exteriores Péter Szijjártó, aseguró que el paquete de sanciones que pretende aplicar la UE Rusia significaría importantes problemas para Hungría. El Gobierno húngaro insiste en que esa medida arruinaría la economía húngara, muy dependiente del petróleo y del gas que compra a Moscú. “Hasta que no haya solución a estos (problemas), no podemos apoyar (la propuesta de la Comisión Europea), aseguró Szijjártó en un breve vídeo en la red social Facebook.

Para hoy estaba prevista también una reunión telemática a la que, además de Macron y Orbán, estaban convocados los países vecinos a Hungría y la propia Von der Leyen. Sin embargo, dicho encuentro ha sido aplazado por el momento.

Suministros

Los suministros de gas ruso a consumidores europeos a través del territorio ucraniano se mantienen estables, según declaró ayer el gigante gasístico ruso Gazprom. “Gazprom efectúa los ministros de gas ruso para su tránsito a través de Ucrania en régimen habitual. La demanda confirmada de los consumidores europeos para hoy, 10 de mayo, se ubica en 95,8 millones de metros cúbicos”, dijo el portavoz de la empresa, Serguéi Kupriánov, citado por la agencia Interfax. A finales de abril Rusia suspendió los suministros de gas a Polonia y Bulgaria por su negativa de pagar por el combustible en rublos, una condición que Moscú impuso a raíz de las sanciones occidentales que afronta tras el inicio de la campaña militar en Ucrania. A la vez, según fuentes rusas, Varsovia continúa recibiendo gas ruso a través del flujo inverso desde territorio alemán.