Dicen que en el deporte se aprende más de las derrotas que de los triunfos, y quizá más de un militante de izquierdas francés se esté acordando hoy de esta frase después de ver que Jean-Luc Mélenchon se ha quedado a las puertas de la segunda vuelta de las presidenciales. Ha sido la principal noticia de una primera vuelta que sitúa a los dos principales favoritos en la lucha final de por la presidencia: Emmanuel Macron y Marine Le Pen.
Macron lo hace con mejores resultados y sensaciones de los esperados tras la última semana, mejorando los números de 2017 y siendo el único presidente en los últimos 20 años que ha ganado en una primera vuelta.
Le Pen, por su parte, también mejora los resultados de 2017, algo que conviene subrayar de manera especial si tenemos en cuenta que tenía la competencia directa del extremista Éric Zemmour, que ha conseguido 2,5 millones de votos, y de Nicolas Dupont-Aignan, otros 700.000. A diferencia de 2002 el Frente Nacional y en 2017 la propia Marine Le Pen, a la segunda vuelta llega con una bolsa de votantes ajena, de más de 3 millones de votos, a la que apelar en estos próximos 15 días.
Esta división ha estado cerca de dejar a Le Pen fuera de la segunda vuelta, un susto del que se ha podido librar, paradojas de la vida, por la división de la izquierda. Dos más dos nunca son cuatro en política y no se puede decir que si Yannick Jadot, Fabien Roussel y Anne Hidalgo no se hubieran presentado los votos hubieran ido a Mélenchon, pero al líder de la Francia Insumisa apenas le han faltado 500.000 votos. Los ecologistas, comunistas y socialistas han conseguido casi 3 millones de votos.
El día 24 con Macron no solo estará Le Pen en lugar de Mélenchon, sino que estará la Le Pen más posibilista y con más opciones de derrotar al actual presidente, más que Jean Marie Le Pen en 2002 y más que ella misma en 2017. De momento, los sondeos dejan márgenes estrechos a favor de Macron, aunque también es cierto que ninguna encuesta da ganadora a Le Pen.
Francia afronta las dos semanas decisivas, en las que se espera que Macron esta vez sí baje a la arena de la campaña. La noche del 24 de abril veremos si ha sido capaz de activar el Frente Republicano para impedir que Le Pen gane o si Francia y Europa abren una nueva era.