Sólo los vacunados tendrán acceso en Eslovaquia a los servicios públicos que reabren mañana tras dos meses cerrados para combatir la pandemia, en una medida que, junto a la imposición de las mascarillas al aire libre, llega cuando el país registra uno de los índices de mortalidad covid más altos de la UE.
Aunque la incidencia es relativamente baja, de 374 casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días, el problema en Eslovaquia es la elevada mortalidad debido a la covid-19, la tercera más alta de la Unión Europea, según el recuento del portal Our World in Data.
El bajo número de casos se explica en que la variante ómicron del coronavirus, mucho más contagiosa pero menos agresiva, sólo supone aún el 17 % de las infecciones.
Actualmente, el 80 % de los hospitalizados debido a esa enfermedad en el país centroeuropeo no tienen la pauta completa de la vacuna, según informó hoy el Ministerio de Sanidad, que señaló que un tercio de ellos se encuentra en estado grave.
Mañana reabren los gimnasios, las piscinas, los hoteles y los locales de ocio nocturno, y vuelven a permitirse celebraciones como bodas y funerales, aunque sólo para quienes tienen las tres dosis de la vacuna o bien dos inyecciones más un test PCR negativo reciente.
Los restaurantes ya abrieron hace dos semanas, con acceso limitado también a quien está vacunado.
Actualmente, sólo el 54 % de la población tiene la pauta completa de inmunización.
La República Checa, por su parte, registró en las últimas 24 horas unos 20.000 nuevos positivos, un 57 % más que hace una semana, aunque se estima que los contagios reales son más del doble, si bien la situación hospitalaria está controlada, con 1.660 pacientes hospitalizados, de los cuales el 17 % están graves.
El 57 % de los casos se debe a la variante ómicron.
En Praga la incidencia es muy alta, con 1.500 casos acumulados por 100.000 habitantes en los últimos siete días.