- Los diputados de la Asamblea Nacional de Francia han aprobado una nueva ley cuyo objetivo es combatir el islamismo radical y así lograr “fortalecer los principios republicanos”.
Este nueva norma, que ha visto la luz tras varios meses de deliberaciones, busca facilitar la disolución de asociaciones que cuestionan los valores franceses, luchar contra los matrimonios forzados y castigar los discursos de odio en las redes sociales e internet.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su Gobierno buscan así contrarrestar la influencia del islamismo radical en la sociedad, especialmente entre los ciudadanos más jóvenes.
Macron ya anunció la nueva ley en octubre, cuando prometió tomar medidas drásticas contra el separatismo islamista después de que una serie de ataques se cobraron la vida de más de 250 personas.
“Nos estamos dando los medios para luchar contra quienes abusan de la religión para cuestionar los valores de la República”, apunta el ministro del Interior, Gerald Darmanin.
Si bien el primer ministro galo, Jean Castex, ha subrayado en sucesivas ocasiones que la ley no estaba dirigida contra la religión, a la par que los más críticos señalan que hay elementos en ella que ponen en desventaja al sector musulmán de la población francesa.
“Nunca equipararemos el islamismo radical con los musulmanes, y creo que los musulmanes están entre las primeras víctimas de esta ideología”, declaró Castex en una entrevista con el periódico Le Monde a fines del año pasado.
Sin embargo, dentro del espectro ideológico más conservador se considera que esta nueva legislación es “insuficiente” para hacer frente al avance del islamismo en la sociedad de Francia.
Según un informe del diario Le Figaro, tanto las formaciones políticas de izquierda como las de derecha tienen en mente presentar un recurso ante el Consejo Constitucional.
El texto, adoptado en febrero, se aprobó con 347 votos a favor, 151 en contra y 65 abstenciones. Votaron a favor los diputados del partido de Macron, La República en marcha, y los de varias pequeñas formaciones que le apoyan. El primer partido de oposición, la derecha tradicional de Los Republicanos, votó en contra, así como La Francia Insumisa, el partido de la izquierda populista. Se abstuvieron el Partido Socialista y los seis diputados de la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional.