- La canciller Angela Merkel ofreció ayer por última vez su tradicional conferencia de prensa de verano en la que se mezclaron las crisis actuales, la pandemia y las inundaciones en el oeste de Alemania con preguntas en torno al balance de sus 16 años de Gobierno. "Los balances los tienen que hacer otros y seguro que los harán", señaló Merkel cuando se le interrogó directamente al respecto y todo el tiempo se mostró más dispuesta a hablar de los retos actuales que entrar en un tono de despedida. "Cada semana es muy exigente, en la pandemia estamos en una situación en que las infecciones crecen. Estamos además ante unas inundaciones tremendas. Trabajaré hasta el último día como siempre lo he hecho", respondió cuando se le preguntó qué haría con su tiempo después de dejar el cargo tras las elecciones del 26 de septiembre. "Hay poco tiempo para pensar en lo que vendrá", agregó.
Merkel empezó su comparecencia refiriéndose a las dos crisis actuales. Con respecto a las inundaciones destacó que ya se habían aprobado las primeras ayudas -200 millones de euros de parte del Gobierno federal- y subrayó que el monto aumentará en caso necesario y que además se empezará a diseñar un plan de reconstrucción de las zonas afectadas.
En lo relativo a la pandemia destacó que las infecciones suben y que se está otra vez en el comienzo de un crecimiento exponencial, y apeló a mantener las medidas de precaución y acelerar la vacunación. "Los test ayudan a controlar la pandemia pero sabemos que la única forma de superarla es la vacunación", dijo.
Merkel hace frente a la pandemia y a las inundaciones al final de cuatro legislaturas que estuvieron marcadas por diversas crisis que tuvo que afrontar, entre las que destacan la crisis financiera, la del euro y la migratoria. "Manejar crisis significa hacer frente a amenazas para puestos de trabajo y para vidas humanas. Por eso uno desearía que hubiera menos. Pero el mundo es como es", dijo cuando se le preguntó si le desagradaba que se le llamara la canciller de las crisis.
Destacó, por otra parte, que la mayoría de las crisis que tuvo que enfrentar no eran algo únicamente alemán y que se ha necesitado siempre colaboración con otros para resolverlas.
Las inundaciones en el oeste del país han reavivado el debate sobre la crisis climática en Alemania y sobre las estrategias para hacerle frente. Merkel señaló que su vida política, desde que fue ministra de Medio Ambiente de Helmut Kohl entre 1994 y 1998, ha estado marcada por la lucha contra el cambio climático y recordó además que durante su Gobierno las energías renovables han pasado del 10 al 40 por ciento de la matriz energética. Sin embargo, la canciller admitió que todavía hay mucho por hacer y que se necesita acelerar las medidas en ese campo, como muestra la evidencia científica.
"La evidencia científica advierte que hay que darse más prisa y los políticos tenemos que encontrar mayoría para ello. Eso no es fácil. Fridays for Future son un impulso para nosotros, eso es bueno. pero no son la única opinión que existe en Alemania", dijo sobre ese movimiento global.
Pese a decir que los balances son para otros, dio algunas cifras, además de la del aumento de energías regenerativas, sobre sus logros de Gobierno. "Tenemos el desempleo juvenil más bajo de Europa. Cuando llegué a la cancillería teníamos 5 millones de desempleados, ahora tenemos menos de 3 millones pese a haber pasado por la crisis financiera", dijo.
Merkel guardó un momento de silencio cuando se le preguntó con qué jefe de Gobierno de otro país se había sentido mejor en el trabajo internacional. "No voy a dar calificaciones. Uno a veces se encuentra con gente con la que comparte opiniones. Eso a veces facilita las cosas. Pero a mí me pareció siempre un desafío positivo trabajar con gente que veía las cosas de otra manera", apostilló.
"Manejar crisis significa hacer frente a amenazas para puestos de trabajo y para vidas humanas"
"Siempre me ha parecido un desafío positivo trabajar con quien veía las cosas de otra manera"
Canciller alemana