- Esta semana se abre una nueva oportunidad para que Londres y Bruselas den un paso hacia adelante en el acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido. Con el fin del período transitorio cada vez más cerca (el 31 de diciembre de 2020), la necesidad de cerrar los cabos sueltos aumenta. La Unión Europea quiere evitar que culmine sin acuerdo, aunque Michel Barnier, negociador jefe europeo, advierte que los “cambios son inevitables, con o sin acuerdo”.
El negociador británico aseguraba el viernes que confiaba en que el acuerdo se pudiese alcanzar “en septiembre” a más tardar. “La soberanía del Reino Unido, sobre nuestras leyes, nuestros tribunales o nuestras aguas de pesca, por supuesto no está en discusión” advirtió Frost.
Además, el negociador británico recordó que su equipo “no aceptará” un acuerdo que “la comprometa”. De la misma manera, apuntó que el Reino Unido “no busca nada que amenace la integridad del mercado único”.
Estas demandas chocan con la posición de la UE, que defiende que no habrá acuerdo económico sin compromisos de level playing field, es decir, las normas para evitar una competencia desleal por parte del gobierno británico, como sería ofrecer ayudas de Estado a las empresas británicas o una fiscalidad muy ventajosa. Además, la UE también pide un marco institucional y mecanismos de disputa ante conflictos comerciales. También quiere que se consiga una solución a largo plazo para los pescadores europeos.
El pasado julio se reactivaban los encuentros presenciales tras la pandemia. Pero finalizaron un día antes de lo previsto y con Michel Barnier visiblemente frustrado. “Continúa habiendo serias divergencias”, anunció entonces.
Ahora el Reino Unido y la Unión Europea se ven forzados o apretar el acelerador o a aceptar un brexit sin acuerdo. El pasado 30 de junio finalizaba el período para que el Reino Unido pidiese una prórroga, algo que no solicitó. Por ello la Comisión Europea ya se prepara para la posibilidad de que el 31 de diciembre de 2020 culmine el período transitorio sin un pacto cerrado.