Berlín - Tras el fracaso de Annagret Kramp-Karrenbauer (AKK) como nueva líder de la Unión Democristiana (CDU) alemana, la carrera para suceder a Angela Merkel vuelve a abrirse y el proceso se está acelerando. Oficialmente, solo tres candidatos han presentado su candidatura, pero se espera que sean cuatro los contendientes que se disputen el trono de la canciller y aspiren a suceder a una de las líderes más relevante de la política europea en lo que llevamos de siglo.
Nadie dijo que la tarea de suceder a Merkel iba a ser sencilla, pero pocas voces hubieran augurado un proceso tan complejo. Annagret Kramp-Karrenbauer (AKK), la delfín de la canciller alemana, ha durado poco más de un año como líder de la CDU. La polémica del pacto con la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) - a pesar de su oposición al acuerdo de gobierno-, unida a meses de críticas internas y externas, han obligado a la sucesora a apartarse de la carrera para las elecciones federales de 2021, abriendo un nuevo vacío de poder y una nueva carrera para el liderazgo del partido que podría arrancar la próxima semana.
AKK ha sido en todo momento partidaria de retrasar la elección del nuevo líder hasta diciembre, pero con tan poco margen para las elecciones, son numerosas las voces en la formación democristiana que han pedido un adelanto e, incluso, la salida de la propia Merkel, cada vez más eclipsada en el cargo, del Gobierno. Así las cosas, tres candidatos han presentado ya de manera oficial sus credenciales para suceder a AKK al frente de la CDU y, por ende, ser el candidato del centroderecha alemán en los comicios de 2021.
El último en unirse a la disputa ha sido Norbert Rottgen, presidente de la comisión de Exteriores del Bundestag. Ofrece una línea continuista con el periodo Merkel y apuesta por una CDU de centro, con líneas rojas a la derecha e izquierda del arco ideológico alemán. Pero, sobre todo, es muy crítico con AfD, un partido del que ha asegurado que “agita el miedo” y “utiliza el lenguaje del nacionalsocialismo”. Rottgen es partidario de retomar el espíritu de la CDU de la “reunificación” y reiniciar un proceso de diálogo nacional entre el Este y el Oeste.
El otro nombre en la picota es el de Friedrich Merz, uno de los más críticos miembros de la CDU con el trabajo de Merkel y rival de AKK en 2018, representante del ala más liberal y cercana a las grandes empresas del partido. Merz aún no ha hecho oficial su candidatura, pero el pasado 6 de febrero anunció su dimisión del gestor de inversiones estadounidense Blackrock, anunciando su regreso a la política activa.
Precisamente Merz, calificado como el “archienemigo” de Angela Merkel, podría ser el hombre que acelere la salida de la canciller del Gobierno. AKK ha anunciado que la próxima semana iniciará consultas con los candidatos y podría presentar el calendario para el proceso de sucesión tras la reunión con la cúpula dirigente que tendrá lugar el lunes, lo que podría provocar una sucesión al frente de la CDU más rápida de lo esperado. De ser así, y en caso de que Merz logre la victoria, la convivencia entre este halcón de los negocios y la canciller no sería especialmente plácida y podría acelerar su retirada de la política.
Los otros dos candidatos son Armin Laschet, jefe del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, un representante del continuismo centrista de Merkel, y Jens Spahn, el más joven de los candidatos y ministro de Sanidad, que representa posiciones más conservadores dentro de la CDU. La próxima semana se conocerán más detalles de este proceso de sucesión en el que no estará en juego, únicamente, el futuro de una formación política, sino de un país que se ha convertido en el motor económico y político del Viejo Continente y en el que la amenaza de la extrema derecha continúa cada día más presente.