París - El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró en su discurso de Fin de Año que llevará hasta el final su reforma de las pensiones e instó al Gobierno del primer ministro, Edouard Philippe, y los agentes sociales a encontrar un "acuerdo rápido". En una alocución de unos 20 minutos, Macron no esquivó la crisis abierta por el proyecto para reformar el sistema de jubilación, que ha motivado una huelga desde hace casi un mes en los transportes públicos, aunque no dio pistas sobre la estrategia para la negociación.
"La reforma de las pensiones(...) será llevada a término. Espero del Gobierno de Edouard Philippe que encuentre la vía de un compromiso rápido dentro del respeto de los principios que he recordado". aseveró. Para el presidente, que apenas se ha pronunciado en público sobre las pensiones desde que comenzaron la huelga y las protestas el pasado 5 de diciembre -con especial seguimiento en los ferrocarriles y la enseñanza-, se han dicho "muchas mentiras" sobre su proyecto. "La calma debe primar sobre el enfrentamiento", dijo Macron, quien insistió en que a su juicio se trata de "un proyecto de justicia y progreso social, porque asegura la universalidad".
Heridas y temores La reforma tiene como eje principal la supresión de los 42 regímenes diferentes de jubilación existentes en la actualidad para fusionarlos a la baja en uno universal por puntos, que se rija por el principio de que cada euro cotizado genera los mismos derechos para cada ciudadano. Pese a mostrar su determinación a llevar hasta el final su plan, reconoció que las decisiones "pueden a veces herir y suscitar temores y oposición". "¿Habría que renunciar por ello a cambiar nuestro país? No, pues eso sería abandonar a aquellos que el sistema ya ha abandonado y traicionar a nuestros hijos y a sus hijos, que pagarían el precio de nuestras renuncias", añadió. Y reiteró que su reforma está dirigida a que "todos puedan beneficiarse de una pensión digna", en especial las mujeres, aquellos que tienen una trayectoria laboral intermitente, los comerciantes o los agricultores.
El próximo 7 de enero Philippe ha convocado a los sindicatos a una nueva ronda de negociaciones sobre el proyecto, aunque en los últimos días se han conocido varias concesiones gubernamentales a algunos de los sectores más dañados por la supresión de sus regímenes propios, como los policías. Macron insinuó que habrá nuevas cesiones para "tomar en cuenta las tareas difíciles y permitir que aquellos que las ejercen puedan jubilarse antes". Las centrales sindicales se hallan divididas entre las reformistas, encabezadas por la CFDT, que ponen su punto de mira en impedir que la edad de jubilación pase de los 62 años actuales a 64, y las radicales, como la CGT, que exigen la retirada completa del proyecto.
Al margen de las pensiones, el presidente hizo un repaso somero a sus dos años y medio de presidencia para sentenciar que ya "se han empezado a percibir los primeros resultados del esfuerzo de transformación".