Bruselas - Los líderes de la Unión Europea (UE) celebraron ayer el acuerdo logrado con el Reino Unido para evitar un brexit duro, aunque fueron prudentes en sus valoraciones y dejaron claro que no bajan la guardia, ante el riesgo de que el Parlamento de Westminster vote en contra del pacto. Aunque el acuerdo logrado el jueves no formaba parte de la agenda de la cumbre europea, ayer muchos mandatarios se refirieron al asunto en declaraciones a los medios, como el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, quien advirtió al término de la reunión de que el único plan b en caso de rechazo sería un “no acuerdo”, es decir, una salida a la brava. “A nivel de la Unión Europea no se ha considerado aún una eventual extensión del brexit”, dijo Varadkar, y añadió que en caso de que el Reino Unido planteara esa opción, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, lo consultaría individualmente con los Veintisiete y la decisión debería ser adoptada por unanimidad.

“Que nadie asuma que habrá unanimidad de la UE en ese sentido”, advirtió el mandatario irlandés, en referencia a los diputados británicos que hoy examinarán el acuerdo en una sesión extraordinaria del parlamento británico. Varadkar, quien recordó que Westminster ya rechazó en tres ocasiones el acuerdo previo entre Londres y Bruselas, explicó que en el caso de que eso volviera a ocurrir, la Unión Europea estaría plenamente “preparada”, al haber previsto ya medidas. Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo durante una rueda de prensa que confía en que se pueda “mantener el plazo que nos hemos dado a nosotros mismos y que la fecha del 31 de octubre sea respetada”.

Londres será un competidor La canciller alemana, Angela Merkel, habló por su parte de lo que en la práctica supondrá la salida del Reino Unido de la unión aduanera, una situación que lo convertirá en “un tercer país (...) y por tanto un competidor en lo económico”.

Sobre los elementos que habían hecho posible el pacto en esta cumbre, la directora en Bruselas del instituto Bertelsmann Stiftung, Stefani Weiss, dijo que “tanto la UE como el Reino Unido han hecho concesiones, dado los costes de un ‘no acuerdo’”. El Reino Unido lo ha hecho al respaldar un régimen de controles en la frontera entre Irlanda del Norte y el Reino Unido, una posibilidad que “fue descartada con Theresa May porque los unionistas irlandeses (DUP) lo consideraron una violación inaceptable de la soberanía del Reino Unido”, recordó la experta. A su vez, según Weiss, la UE ha cedido al mostrarse flexible después de haber dicho de manera reiterada que no reabriría el acuerdo de retirada. Las concesiones europeas para facilitar una solución han dado al primer ministro británico, Boris Johnson, el argumento “de que este nuevo acuerdo es realmente diferente” al negociado por May, aunque no lo es tanto en términos globales, consideró la misma experta. “Hay que ver si Boris Johnson podrá convencer al DUP y a otros en Westminster para que compren su nuevo acuerdo. La hora de la verdad será el sábado”, señaló. La experta consideró que Johnson al final ha querido protegerse a sí mismo con la decisión, ya que si Westminster también rechaza el acuerdo, él podría impulsar la salida del Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre sin un pacto “e ir con buenas cartas a unas nuevas elecciones”.- Efe