Bruselas/Londres - La Unión Europea rechazó ayer la petición del primer ministro británico, Boris Johnson, de eliminar la “salvaguarda irlandesa”, el gran escollo de las negociaciones del Brexit, y le acusó de no ofrecer “alternativas realistas” para evitar una frontera “dura” entre el norte y el sur de esa isla. “La salvaguarda es un seguro para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, a menos que y hasta que se encuentre una alternativa. Aquellos que están en contra de la salvaguarda y que no proponen alternativas realistas apoyan de hecho el restablecimiento de una frontera. Incluso si no lo admiten”, declaró en Twitter el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Tusk respondió así a la carta que le remitió el lunes Boris Johnson, en la que pedía a los Veintisiete, por primera vez oficialmente desde que está al frente del Gobierno, llegar a un acuerdo sobre el Brexit que no contemple la polémica “salvaguarda” irlandesa. Esta parte del acuerdo pretende asegurar que no habrá una frontera “dura” entre Irlanda del Norte (parte del Reino Unido) y la República de Irlanda (miembro de la UE) e implicaría, como último recurso y bajo una serie de condiciones, mantener temporalmente a Irlanda del Norte en la unión aduanera y el mercado único comunitarios. Esta salvaguarda solo debería entrar en vigor si para diciembre de 2020 no hubiera todavía un acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido.

Según explica Johnson en su carta, ese mecanismo resultaría “inviable”, “antidemocrático”, entrañaría el riesgo de “socavar” el proceso de paz de Irlanda del Norte y sería “inconsistente” con la soberanía de este país, pues podría anclarlo de forma indefinida en la unión aduanera. La carta propone reemplazar esa herramienta por otros “arreglos aduaneros alternativos” en la frontera de las dos Irlandas dentro del periodo de transición de dos años tras la consumación del Brexit. “Propongo que el backstop se reemplace con un compromiso para llevar a cabo esos arreglos, que vaya lo más lejos posible, antes de que termine el periodo de transición, como parte de la futura relación”, indicó el líder tory. Agregó que se necesitará además “un grado de confianza sobre lo que ocurriría si esos arreglos no estuvieran totalmente habilitados al final de ese periodo”.

“Estamos dispuestos a estudiar de manera constructiva y flexible qué compromisos podrían ayudar, que fueran, por supuesto, consistentes con los principios detallados en esta carta”, agregó. Los medios locales han interpretado la difusión abierta de la misiva por Downing Street y por el propio Johnson en su cuenta de Twitter, como un signo de la voluntad del premier de negociar con Bruselas.

Negativa de la Comisión La Comisión Europea se sumó ayer a la reacción de Tusk y criticó la falta de planes concretos en el Gobierno británico para reemplazar la salvaguarda. “En la Comisión saludamos el compromiso del Gobierno británico para lograr una salida ordenada. Creemos firmemente que es en interés tanto de la UE como del Reino Unido. No obstante, creemos que la carta no facilita una solución legal operativa para evitar el restablecimiento de una frontera dura en la isla de Irlanda”, dijo la portavoz comunitaria Natasha Bertaud en la rueda de prensa diaria de la institución. La misma portavoz añadió que la carta tampoco establece “qué otros acuerdos alternativos podrían darse y, de hecho, reconoce que no hay garantías de que esos acuerdos puedan estar en marcha a finales del periodo transitorio”.

Bertaud recordó además que para Bruselas la salvaguarda irlandesa es “la única manera identificada por ahora por las dos partes” para cumplir el compromiso de evitar que se vuelva a introducir una frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, zona escenario de conflicto entre las décadas de 1960 y 1990. No obstante, la portavoz subrayó que el Ejecutivo comunitario está listo para “trabajar de manera constructiva con el Reino Unido” y “dispuesto a analizar cualquier propuesta concreta que sea compatible con el acuerdo de retirada”.

Por su parte, fuentes europeas indicaron a Efe que “todavía no hay prevista una reunión bilateral” entre el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y Boris Johnson en la cumbre del G7 que tendrá lugar en Biarritz (Francia) del 24 al 26 de agosto, aunque precisaron que “el programa aún no es definitivo”. Tusk será en principio el único representante de la UE en esa cita, dado que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se encuentra convaleciente tras haber sido operado de urgencia el pasado fin de semana de la vesícula biliar y no podrá viajar a Biarritz.

Johnson viajará hoy a Berlín, para encontrarse con la canciller alemana, Angela Merkel, y mañana a París, para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, antes de la cumbre del G7.

visita a merkel y aviso Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió ayer al primer ministro británico, Boris Johnson, de que la salvaguarda irlandesa se podrá eliminar cuando se acuerde la relación futura entre Reino Unido y la Unión Europea (UE), pero que no trate de reabrir la negociación sobre la salida de su país del bloque. Merkel lanzó este avisó a Johnson en la rueda de prensa en Viey (Islandia) junto a los primeros ministros de los países nórdicos, en la víspera de la llegada a Berlín del premier británico.

La jefa del Ejecutivo alemán indicó que se podrá prescindir de la salvaguarda “en el momento que tengamos un reglamento práctico” que permita, de un lado, “mantener los Acuerdos de Viernes Santo”, que trajeron la paz a Irlanda del Norte, y, de otro, definir “los límites del mercado común”, pues la República de Irlanda seguirá dentro de la UE mientras Irlanda del Norte quedará fuera. Por eso, Merkel instó a Johnson a buscar “soluciones prácticas” en lugar de tratar de “reabrir el acuerdo de salida” de la UE de Reino Unido, algo que el nuevo primer ministro busca desde que llegó al número 10 de Downing Street a finales de julio pese a las repetidas negativas de Bruselas.

La salvaguarda irlandesa, señaló la canciller alemana, “es una cuestión de las relaciones futuras”. Agregó que los 27 miembros restantes seguirán trabajando “muy unidos” y deseó que las relaciones futuras de la UE con Reino Unido sigan siendo “muy estrechas”.

Al ser interrogada sobre el riesgo de que un Reino Unido con Johnson a la cabeza trate de aproximarse al EEUU de Donald Trump tras el Brexit, Merkel señaló que “eso es algo que Reino Unido debe decidir” por sí mismo, aunque consideró que no hay una verdadera disyuntiva. “No se trata de con unos o con otros”, consideró la canciller, que recordó que todos pertenecen a la OTAN y que mantienen un estrecho vínculo transatlántico. - Efe