Sopron (Hungría) - La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, alabó ayer a los guardas fronterizos húngaros que hace treinta años desobedecieron las órdenes y no dispararon contra los centenares de refugiados de la Alemania comunista que huyeron a Occidente cruzando la frontera con Austria. “Demostraron valentía al hacer prevalecer la humanidad sobre las órdenes del servicio”, declaró Merkel ante el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

Ambos mandatarios encabezaron un acto celebrado en la localidad húngara de Sopron, junto a la frontera con Austria, para conmemorar el llamado Pícnic Paneuropeo, la primera grieta importante en el Telón de Acero, que tuvo lugar el 19 de agosto de 1989. Merkel recordó que la idea era “una fiesta de paz europea”, organizada por el Foro Democrático Húngaro y la Unión Internacional Paneuropea, y con una apertura simbólica de un punto en la frontera durante un par de horas en las postrimerías de la Guerra Fría. El evento fue anunciado en folletos que se repartieron entre la población de la zona. “Los campings húngaros estaban repletos de ciudadanos de la República Democrática Alemana (RDA). También entre ellos se repartían los folletos. Cientos (de estas personas) se pusieron en marcha hacia Sopron. Dejaron todo atrás para alcanzar la libertad atravesando la frontera”, destacó la jefa del Gobierno germano.

Recordó que entre ellos había “mucha incertidumbre y tensión; todos sabían cómo podía terminar una huida, sabían cómo habían terminado el levantamiento popular en la RDA en 1953, el levantamiento en Hungría en 1956 o la Primavera de Praga en 1968”.

Los guardias fronterizos húngaros contaban con que algunos intentarían aprovechar la ocasión para escapar, pero no esperaban un flujo tan masivo: se calcula que unos 600 ciudadanos de la RDA cruzaron la frontera abierta y huyeron así a Occidente. Pero los agentes no dispararon y el pícnic se convirtió en la fuga más masiva de ciudadanos de la Alemania comunista desde la construcción del muro de Berlín, en 1961. “Fue un evento histórico mundial”, afirmó ayer Merkel.

Poco después, el 11 de septiembre de 1989, Hungría abrió de forma definitiva su frontera, y el 9 de noviembre cayó en Berlín el muro, poniendo fin a 40 años de división en Europa. “El Pícnic Paneuropeo se convirtió así en un símbolo del gran movimiento por la libertad del año 1989. Muestra que no es posible oprimir el deseo de libertad de los seres humanos. Que los europeos están unidos por valores comunes. Muestra lo que podemos lograr unidos”, subrayó la canciller.

Merkel, nacida en la RDA, insistió en que lo ocurrido hace tres décadas demuestra que lo inimaginable puede ser posible, si hay voluntad de buscar soluciones a los problemas. “Sopron es un ejemplo de cuánto podemos lograr los europeos si defendemos con valentía nuestros valores indivisibles”, dijo.

Por su parte, el nacionalista Orbán advirtió de que “la unidad de Europa nunca se completa”, debe recrearse una y otra vez, “de conflicto en conflicto”. La conmemoración del Pícnic Paneuropeo comenzó con una misa ecuménica en la Iglesia Evangélica de Sopron. Luego, Merkel y Orbán almorzaron en el Ayuntamiento de la ciudad, antes de hablar ante la prensa. - W.Rudich