Londres - La primera ministra británica, Theresa May, afina su estrategia para otra semana clave en el Parlamento, en medio de crecientes fisuras entre los conservadores, algunos de los cuales se posicionan ya para sucederla.
Según confirmaron fuentes de Downing Street, la líder tory se plantea someter a votación por cuarta vez, tras tres derrotas previas, su acuerdo de Brexit, mientras que los diputados debatirán hoy vías alternativas.
En declaraciones al Programa de Andrew Marr de la BBC, el ministro de Justicia, David Gauke, advirtió ayer a su jefa de que “no hay opciones ideales” y “no sería sostenible” ignorar la voluntad de la Cámara de los Comunes, que en general se decanta hacia una salida suave de la UE.
May ya declaró que ella no apoyaría la opción de mantener al Reino Unido en una unión aduanera con el bloque, aunque fuera la preferida de los parlamentarios, pues incumpliría el manifiesto conservador.
Gauke argumentó ayer que él tampoco quiere esa unión, pero recordó que su partido, que gobierna en minoría, en este momento “no tiene los votos necesarios para que la posición de su manifiesto sea aprobada” en los Comunes. “Estamos en un clima en que no se trata de ir por tu primera opción”, declaró, y apuntó que decantarse por la segunda o la tercera preferencia puede “evitar un desenlace peor”.
Los Comunes no lograron llegaron a un consenso cuando el pasado miércoles se pronunciaron por primera vez sobre ocho vías distintas al plan del Gobierno, todas las cuales fueron rechazadas, aunque las más respaldadas fueron celebrar un referéndum para ratificar un eventual pacto y negociar con la UE una unión aduanera.
Seis millones de firmas Como acto simbólico, los diputados también debatirán hoy la petición lanzada en internet para cancelar el Brexit revocando el artículo 50 del Tratado de Lisboa. La iniciativa, impulsada por la británica Margaret Anne Georgiadou en el portal de peticiones al Gobierno y al Parlamento, superó ayer los seis millones de firmas, con lo que se convierte en la demanda popular más votada en el Reino Unido. - Efe