londres - El principal artífice de la celebración del referendo sobre la independencia de Escocia en 2014, Alex Salmond, vive sus horas más bajas, arrestado y acusado de más de 14 delitos, incluidos nueve de agresión sexual, dos intentos de violación, dos de abusos deshonestos y uno de perturbar el orden público.

Puesto en libertad bajo fianza, Salmond se defendió de las acusaciones a su salida de un tribunal en Edimburgo, rechazando las alegaciones y declarándose “inocente de cualquier delito”. Salmond, de 64 años, llegó poco antes de las dos de la tarde hora local, ante la mirada de unas 100 personas, y estrechó la mano con dos simpatizantes, pero cuando un partidario gritó “libertad”, otra voz entre la multitud respondió con un grito de “vergüenza”.

El político escocés, originario de Linlithgow, West Lothian, y que dirigió Escocia entre 2007 y 2014, dijo tener una gran fe en el sistema judicial de Escocia y mencionó que recientemente ganó una demanda judicial contra el Gobierno escocés por irregularidades en el procedimiento de la investigación seguida por la administración pública.

El Tribunal de Sesiones, la corte civil de más alto nivel de Escocia, sentenció que el Gabinete escocés infringió sus propias directrices al designar como responsable de la investigación interna a una persona que tuvo “una implicación previa” en el caso. Durante la vista, el juez explicó que las decisiones tomadas durante la investigación interna fueron “ilegales porque eran procesalmente injustas y que estaban marcadas por un sesgo aparente”. En ese momento, más de 4.000 personas realizaron donaciones por valor de más de 100.000 libras (unos 111.000 euros) para ayudar a Salmond con los gastos del proceso, un dinero que finalmente fue destinado a causas benéficas en Escocia y otros lugares, ya que como resultado de esa decisión judicial, el Gobierno tuvo que pagar las costas legales del proceso.

Dos denuncias Según la prensa escocesa, dos de los incidentes habrían tenido lugar en 2013, uno la residencia oficial del jefe de Gobierno escocés en el centro de Edimburgo y otro en el aeropuerto de la capital escocesa. La investigación comenzó por la denuncia de dos mujeres que habrían pertenecido a la administración pública cuando el político era responsable del Gobierno escocés.

A partir de ahí se inició una investigación interna, en la que Salmond, que ya no ocupa ningún cargo público, expresó quejas de indefensión por negársele la evidencia o la presentación de testigos. Además, las acusaciones han puesto de relieve las tensiones dentro del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) que amenazan con dividirlo.

Líder del SNP durante más de 20 años, Salmond renunció al Gobierno escocés tras la derrota en el referendo independentista de 2014 (cuando un 55% votó a favor de seguir en el Reino Unido y un 45% votó a favor de la salida) y perdió su escaño en Westminster en las elecciones de 2017, cuando el SNP perdió 21 de sus 56 escaños.

Su sucesora en el cargo, Nicola Sturgeon, se negó a hacer ningún comentario sobre el asunto, si bien reconoció que “causa conmoción a mucha gente” y se especula que su relación se ha agriado tras ser uña y carne. Precisamente, Sturgeon se habría enterado del arresto de Salmond a través de los medios de comunicación, pues se especula que este no ha hablado con Sturgeon desde julio del año pasado. Un mes después, Salmond renunció a ser miembro del SNP, después de que surgieran las acusaciones.

Salmond es una de las figura más representativas de la política escocesa moderna y de Reino Unido. Lideró el SNP desde los márgenes hacia el gobierno. Dirigió la campaña de independencia que se acercó a la victoria en 2014 y forma parte de la campaña para conseguir un segundo referéndum de independencia.