George Soros es un multimillonario estadounidense cuya familia judía emigró de Hungría el siglo pasado y que invierte parte de su enorme fortuna en actividades filantrópicas, mayormente centradas en la protección de las minorías étnicas. Esto le ha acarreado más o menos directamente la antipatía de muchos partidos conservadores y la inquina casi personal de Victor Orbán, jefe del Gobierno magiar.
Esta animadversión tiene un largo historial, pero hoy en día se ha recrudecido de tal manera que ha terminado por dirimirse incluso en el campo de los estudios universitarios. El Gobierno húngaro ha emplazado a la CEU (Central European University) de Budapest a reformar su programa de estudios o a irse del país?, cosa que -salvo sorpresas de última hora- ésta hará el año próximo, trasladando su sede a Viena.
La CEU centra su actividad en temas humanísticos y cuenta con cerca de 1.500 alumnos que acuden a Budapest de todo el mundo, atraídos ante todo por el idioma --los cursos de dan en inglés- y el hecho de que allá pueden obtener dos diplomas a la vez : uno magiar y otro americano? y este último puede abrir profesionalmente muchas puertas.
Pero al Gobierno de Orbán la promoción cultural y turística que puede suponer para el país la actividad de la CEU no le importa tanto como el apoyo de Soros a los detractores de la política xenófoba húngara. Y, dentro de un plan de acción antiSoros, el Gobierno magiar promulgó una ley el año pasado en virtud de la cual una universidad húngara sólo podría extender diplomas extranjeros si también ejerce una función docente en la nación correspondiente.
La CEU se apresuró a llegar a un acuerdo en este sentido con el Bard College de Nueva York, pero el Ministerio húngaro de Educación no ha encontrado tiempo hasta la fecha para reconocer la correspondiente solicitud de reconocimiento presentada por la universidad patrocinada por Soros. Lo que no le ha impedido declarar a la Prensa que “?la CEU no cumple un requisito que sí han atendido otras dos universidades americanas, así como una china y una tailandesa. Además, eso de extender dos diplomas por un solo curso constituye una competencia desleal con las universidades magyares? ”
De todas formas, como en esta pugna con Soros Hungría tiene mucho que perder, la ley del 2017 se aplica en el caso de la CEU con una manga muy ancha. Tan ancha que se tolera que los alumnos ya matriculados en el centro puedan acabar sus estudios en Hungría y que la universidad misma y su biblioteca -muy nutrida y de alta calidad- puedan seguir teniendo su sede en Budapest. Lo único que se le prohibirá tajantemente a partir del año próximo es que expenda títulos americanos?