Nuremberg - La Unión Socialcristiana bávara (CSU) aplica ya en su territorio la línea dura de su líder y ministro de Interior, Horst Seehofer, mientras el centroizquierda trata de alzar su voz contra el giro derechista de la política migratoria. Desde este 1 de agosto funcionan en este próspero Land (estado federado) los llamados Ankerzenter, centros destinados a agilizar los procesos de expulsión de los refugiados que vieron rechazadas sus peticiones y que permanecerán ahí hasta que se ejecute esa orden.
Únicamente se implementa ese punto del llamado plan maestro del ministro en Baviera, el Land por el que entró la mayoría de los 1,3 millones de refugiados llegados a Alemania desde 2015 y luego distribuidos por el país según un sistema de cuotas.
Los restantes estados federados se mantienen en un compás de espera, reacios a concentrar en unos pocos lugares esa tarea por el consiguiente riesgo a convertirlos en guetos.
Uno de los siete centros repartidos en Baviera está en Bamberg, ciudad de 75.000 habitantes a unos 65 kilómetros de Nuremberg, a la que le corresponde el Ankerzenter de la región de Alta Franconia. “Esto funcionaba ya como centro de primera acogida desde 2015, hemos tenido una media de 9.500 residentes”, explicó Ulrike Siebenhaar, portavoz de la Alcaldía.
Hasta ahora convivieron en sus pabellones peticionarios de asilo recién llegados con otros pendientes de resolución y los rechazados en espera de expulsión; estos últimos serán los únicos que quedarán ahí, mientras se reubica al resto en otros lugares de acogida.
Con la nueva regulación se calcula que se alojará a unos 1.500 refugiados rechazados en un lugar conocido con las siglas AEO -por Aufnahmeerichtung Oberfranken o Centro de Primera Acogida de Alta Franconia- instalado en lo que fue un cuartel del Ejército de EEUU. - Efe