George Best fue un jugador de fútbol galés que obtuvo el Balón de Oro en 1968. Era todo un personaje que un día dijo: “Si hubiera nacido feo, nunca habríais oído hablar de Pelé”. Disfrutaba del deporte, pero sus mejores momentos los vivió fuera del terreno de juego. Derrochador, bebedor, mujeriego y fiestero, los entendidos del deporte rey aseguran que habría conseguido marcar una época si los excesos no hubieran interferido con el desarrollo de su enorme potencial.
Salvando las distancias, algo similar se puede decir de uno de los pintores que más profundamente han marcado la historia del arte, pero del que muy seguramente, si no hubiera sido por lo que rodeaba su actividad artística, su nombre sería muchísimo más relevante aún. Hablamos de Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610).
La capacidad de comprensión de la obra que quería plasmar sobre el lienzo era tal que este pintor milanés trabajaba directamente sobre la tela, sin necesidad de servirse de bocetos. Sin embargo, su fuerte carácter y pendenciera personalidad le regalaron múltiples problemas e infinitos conflictos. Podría decirse que llegar a las manos tras una discusión era incluso poco para él.
PINCELADAS Y FOTOGRAMAS
Mikel Razkin Fraile imparte desde hace varios años clases en varias localidades de Navarra y en 2022 recopiló 50 historias breves en un libro titulado Pinceladas y Fotogramas (Ed. Cántico).
La técnica del claroscuro
Las novedades pictóricas que introdujo Caravaggio inspiraron profundamente el ámbito artístico del barroco. Su aportación fue la utilización de la técnica del claroscuro, enfatizando en el contraste entre la nada y una imagen realista que destaca abrumadoramente gracias a una brillante iluminación directa.
Fue precisamente en España donde la influencia del pintor italiano cuajó en primera instancia. Ribera, Velázquez o Zurbarán, por ejemplo, se sirvieron de su tenebrismo y su propuesta formal fue para ellos una fuente de inspiración.
Su desenlace
Con estos mimbres Caravaggio pudo haberse agenciado un sillón en el Olimpo de la pintura, pero falleció con tan sólo 38 años y menos de 80 obras en su haber. Durante su corta carrera se vio obligado a marchar de un sitio a otro por culpa de los problemas que le traía su forma de ser. De Milán a Roma, a Nápoles, Malta, Sicilia... hasta fallecer en una pequeña localidad portuaria al norte de la capital italiana.
Sirva como ejemplo de lo pendenciero que era Caravaggio que en una de sus múltiples reyertas -en 1606- la trifulca con un proxeneta miembro del hampa romano por culpa de una apuesta sobre un juego acabó yéndosele completamente de las manos. El resultado de la riña produjo la muerte del timador, pero la banda de delincuentes de la que formaba parte ni olvidó ni perdonó al artista.
Quisieron zanjar el asunto en base a su máxima de sangre por sangre, por lo que Caravaggio se vio obligado a escapar de la ciudad. Se refugió en Nápoles, huyendo de la justicia y de sus ávidos perseguidores con sed de venganza.
Pero aquel cobijo fue momentáneo, porque el pendenciero pintor compraba cada día boletos para verse inmerso en un mar de problemas. En un momento dado en 1610 quiso viajar a Roma para conseguir el indulto papal por sus causas abiertas. A cambio de la bula pintaría una serie de cuadros para las influyentes familias que habrían mediado en el asunto.
Pero según parece, Caravaggio no llegó nunca a Roma y sus amigos comunicaron su fallecimiento en la villa de Porto Ercole.
Los restos de Caravaggio
No se supo nada de la ubicación de su enterramiento hasta que en 2010 fueron encontrados unos restos en el cementerio local que, tras ser analizados, concluyeron que se trataba de los restos del pintor con una fiabilidad del 85%. La causa de su muerte, más allá de lo explicado por sus amistades cuatrocientos años antes con respecto a la fiebres, se debió a una infección por estafilococo fruto de una herida por arma blanca. ¿Los delincuentes romanos cumplieron su venganza?
PARA SABER MÁS...
Qué leer: La paradoja de Caravaggio, de Marco Bona Castelotti (2010).
Qué ver: La sombra de Caravaggio, de Michele Plácido (2022).