‘First Dates’, el programa de citas más conocido de la televisión, tuvo anoche entre sus protagonistas a Jon y a Mikel, dos bilbaínos que viven en Madrid. Desde el principio, el date show de Cuatro fue testigo del flechazo y la química que hubo. A medida que la cita avanzaba, ambos comprobaron que compartían muchos puntos en común, especialmente el festival musical de Eurovisión, del que son seguidores incondicionales.
Según afirmaron Jon y Mikel, el mes de mayo de cada año no se pierden la gran cita musical. Se plantan delante de la televisión para ver todas las actuaciones, y no se mueven hasta que se anuncia el ganador de la edición. Asimismo, dicen que se trata de una especie de ritual para el colectivo gay: “Eurovisión es como la Champions para gente heterosexual. Ah, y la depresión post Eurovisión existe”, explicó Jon, quien siente especial predilección por los hombres más jóvenes que él. Residente en Madrid, trabaja en el sector financiero. Pero lo más sorprendente de su vida es que dedica cinco meses al año única y exclusivamente a Eurovisión. Tal y como afirma, fue durante su estancia de Erasmus en Praga cuando se enganchó al festival, el cual le ayudó´ mucho a superar una separación de pareja.
Respecto a Mikel, su cita en la noche de ayer, aunque no es un gran fan del festival, sigue todas las novedades. Es más, le confesó a Jon que está en contra de la cantante Loreen y de su canción 'Tatoo': “Ya ha ganado una vez, no se puede estar todo el rato presentando”. Mikel se definió como un tipo muy camaleónico, que piensa que el clásico estereotipo de que a los vascos les cuesta ligar y profundizar en sus relaciones es mentira: “Llevamos quedando tres semanas y a la quinta te doy mi Instagram. Pero eso no es así, eso en la época de mis padres. Ahora, los vascos son más salseros”. Al haber nacido los dos en Bilbao, el encuentro también tuvo cabida para los tópicos de los vascos en materia de relaciones amorosas. Aun así, trataron de demostrar que los clichés están para desmontarlos.
Decisión final
En el tema sexual, Mikel no quiso hablar de forma muy explícita, criticando la pregunta '¿Eres activo o pasivo?'. Pensaba que cada uno era como quería, lo cual Jon consideró una postura muy aceptable. Instantes más tarde, la pasión se adueñó de su cita, dando lugar a un beso. Mikel lo calificó como un 10, pero se quedó sorprendido tras lo que dijo Jon: “¿Me invitas o pagamos a medias?”. El soltero reaccionó con rapidez: “Estoy en paro, no te invito”. Después de la cena, ambos jóvenes finalizaron su encuentro muy contentos y con intención de verse en otra ocasión.