El Departamento de Seguridad Laboral del estado de Nuevo México (EE.UU.) multó este miércoles con casi 140.000 dólares a los productores del rodaje de "Rust", en el que Alec Baldwin mató de un tiro accidental a la directora de fotografía Halyna Hutchins.
"Hay evidencia más que suficiente para sugerir que si se hubieran seguido los estándares de la industria, nunca se habría producido el tiroteo fatal de Halyna Hutchins", indicó la agencia en un informe, que ha impuesto una multa de 136.793 dólares a la compañía productora de la película.
El departamento concluyó, cinco meses después del accidente, que el suceso se produjo por un "fracaso total del empleador para seguir los protocolos que mantienen a los empleados seguros".
La investigación servirá de ayuda a los abogados de la familia de Halyna Hutchins, que el pasado febrero demandó formalmente a Baldwin por homicidio imprudente.
La demanda se interpuso en el estado de Nuevo México contra el actor (que también ejercía de productor) y "otros responsables de la seguridad del set durante el rodaje", informó el abogado de la familia, Brian Panish.
Panish describió una supuesta conducta negligente o imprudente de Baldwin junto con el equipo de producción y asistentes de dirección de "Rust".
Por su parte, los abogados del actor solicitaron que el conflicto se solucionara por medio de un arbitraje legal.
"Baldwin confió en que otros profesionales estuvieran preparados para hacer su trabajo (...) Nunca había estado involucrado en ningún problema de seguridad en rodajes (...) y había utilizado armas en al menos doce películas", defendieron en un comunicado.
Días después del suceso, el alguacil de la localidad de Santa Fe, Adan Mendoza, dijo que había encontrado unos 500 cartuchos de munición en el estudio, entre los que había una mezcla de "cartuchos de fogueo, balas falsas y balas verdaderas", por lo que no se cumplieron los protocolos de seguridad, pero no apuntó a un culpable concreto.
Las declaraciones de miembros del equipo que trabajaban en el rodaje de "Rust" describen un ambiente de trabajo precario en el que las protestas se amontonaban y por el que dimitieron media docena de empleados el mismo día del accidente.