Está claro que Ion Aramendi es un hombre con recursos en lo profesional. De hecho, en los últimos seis años ha cambiado tres de veces de cadena, y uno de estos cambios ha sido, para mayor lío rocambolesco, de ida y vuelta: el de Telecinco. De esta cadena salió en 2016, cuando era del equipo de reporteros de Sálvame. Fue toda una sorpresa cuando se anunció que su destino estaba en las tardes de ETB-2. El donostiarra asumió bien el cambio y se hizo muy popular entre los espectadores de la cadena vasca. Hasta finales de 2019 estuvo ligado a ¡Qué me estás contando! pero volvió a convertirse en sorpresa tras su fichaje por parte de TVE. Y ahora, cuando parecía asentado en la pública, regresa de nuevo al primer canal de Mediaset.
Ion Aramendi es un hombre todoterreno que ha demostrado sus habilidades como reportero del corazón y presentador al uso de magacín o de concursos. Siempre ha defendido que lo que más le gusta es comunicar, y que puede hacerlo a través de diferentes formatos. Si todos los cambios han sorprendido a los espectadores, el último quizá ha sido el que más bocas abiertas ha dejado. Él mismo lo ha reconocido en Instagram: "Asumo que no todos lo entiendan, pero pido respeto", decía. Es cierto que su movilidad resulta muy particular, sensación quizá motivada porque TVE había confiado en él para varios proyectos, aunque alguno resultara fallido.
Hasta hace menos de un mes su presencia era diaria en La 1. Estaba al frente del magacín de media mañana Mejor contigo, aunque los resultados no le acompañaron y el tiempo de emisión fue acortándose, para finalmente llegar a la supresión. En este mismo canal comenzó su recorrido con la pandemia en el espacio Todos en casa. Pasados los momentos más duros se puso al frente del concurso El cazador. Poco después llegó a sus manos el talent show titulado The dancer, y en la temporada de otoño del pasado año se estrenó con el magacín que acaba de cancelar La 1. Su último proyecto ha sido La noche de los cazadores.
Aramendi es el presentador de la eterna sonrisa. Cuando llegó a Donostia, la ciudad en la que había nacido, pese a que una parte importante de su vida la pasó en Salamanca y más tarde en Madrid, se sintió feliz de poder retomar las costumbres de su lugar de origen. Una de ellas era el surf, algo a lo que renunció cuando dejó ETB (tras anunciar repetidamente que no pensaba hacerlo) y se fue a TVE. Ahora vuelve, en cierta forma, al mundo del famoseo. Y desde luego, a la cadena que lo promueve. Los concursantes para Supervivientes suelen ser personajes conocidos, algunos más por sus escándalos privados que por sus logros laborales, así que tendrá que lidiar con sus realidades.