Las pantallas de cine nunca han sido ajenas a las catástrofes, y así en 1936 se estrenó una gran producción titulada San Francisco, protagonizada por tres grandes estrellas de la época, Clark Gable, Janette MacDonald y Spencer Tracy, cuyo telón de fondo era el terremoto y posterior incendio que asolaron dicha zona de California en 1906. Hollywood no dejó este tema en ningún momento, pero no fue hasta la década de los setenta cuando empezaron a hacer verdadero furor estas producciones cinematográficas.
Obras como Aeropuerto (1970), La aventura del Poseidón (1972), El coloso en llamas (1974), Terremoto (1974), Tiburón (1975) o Meteoro (1979) tocaron todos los palos de la baraja de las desgracias que podrían sucedernos a los seres humanos para llenar los cines y hacer caja en las taquillas de todo el mundo. Seísmos, incendios, criaturas gigantescas, volcanes, plagas, edificios que se derrumban, barcos que naufragan... y también epidemias, como la que en estos momentos estamos viviendo, han tenido su reflejo en el séptimo arte.
Sin embargo, en comparación con las tramas anteriores, la producción de películas con el tema de las enfermedades víricas y los contagios no ha sido tan prolífica a lo largo de la historia del cine, salvo en los últimos treinta años, desde la década de los noventa a esta parte. Prácticamente solo podemos destacar la obra de Elia Kazan Pánico en las calles (1950), que recrea una historia en la que por detrás hay un rebrote de la peste negra en Nueva Orleans tras el final de la II Guerra Mundial. Ya en los noventa nos encontramos con La peste (1992), Estallido (1994) o 12 monos (1995), para adentrarnos en el siglo XXI con vueltas de tuerca al argumento de las pandemias en películas como Resident Evil (2002) o Hijos de los hombres (2006).
Brad Pitt y Bruce Willis en '12 mono' (1995).
A este respecto, la última superproducción destacable que podemos ver en nuestros hogares es Contagio, estrenada en 2011 y que trata sobre la pandemia que produjo la denominada gripe A (H1N1). Un importante elenco de actores y actrices como Marion Cotillard, Matt Damon, Laurence Fishburne, Jude Law, Gwyneth Paltrow y Kate Winslet se dieron cita en esta obra, pero siendo sinceros y diciendo la verdad, ¿quién tiene cuerpo para ver una película como esta ahora mismo?
Y es que quienes no han visto aún Contagio (2011), del director Steven Soderbergh, pueden hacer dos cosas: verla y luego leer este artículo, o leer estas líneas y hacer lo que les dé la realísima gana, que es exactamente lo que propongo. ¡Spoilers fuera!
Matt Damon y Jude Law en 'Contagio' (2011).
A día de hoy no tenemos aún claro cuál es el origen del coronavirus y lo más probable es que nunca sepamos la verdad. Legiones de conspiranoicos nos cuentan sus teorías: que si la culpa es de los chinos, que si detrás de todo lo que hay es una guerra comercial de los americanos... pero lo que sí que es cierto es que en algún momento alguien dijo algo acerca de una sopa de murciélago, y ese alguien no fue Ozzy Osbourne.
Sin embargo, lo que sí que es verdad es que la citada película se adelanta casi diez años a los hechos que ahora estamos viviendo: "En algún lugar del mundo, el cerdo equivocado se cruzó con el murciélago equivocado". Y es que a un murciélago que sobrevuela las calles de Hong Kong se le cae de la boca un trozo de plátano que acaba en las fauces de un cerdo, que termina en un guiso que un cocinero prepara para unos clientes extranjeros a los que da la mano al entrar al restaurante sin habérselas lavado antes.
Con estos mimbres no es aventurado advertir que podemos servirnos de todos estos ingredientes para hacernos las cábalas que queramos, ya que tenemos, tanto sobre la pantalla del cine como sobre el televisor en pleno telediario, exactamente los mismos elementos.
¿Es fruto de la casualidad que hayan sucedido todas estas circunstancias que se narran en la película en la realidad? No lo sé, pero lo que sí se puede comprobar es que no es la primera vez que un film se adelanta a los acontecimientos reales.
Ahora ya a nadie se le escapa que el elemento humano es un factor de riesgo en lo que respecta al cálculo, como quedó demostrado, por ejemplo, en Juegos de Guerra (1983).
Hace tiempo que las decisiones en tiempos de guerra ya no se toman sobre lo alto de una loma, sino detrás de una pantalla de ordenador tras recibir el análisis que dictaminan las computadoras. El humano solo es el encargado de ejecutar el último click, o no, porque tal vez ni para eso sirvamos ya, como se argumenta en Matrix (1999) o Terminator (1984).
Precisamente unos años antes de todas estas películas, en la magnífica 2001: Una odisea en el espacio (1968), Stanley Kubrick ya nos alertaba sobre los peligros de la inteligencia artificial, un ente creado por nosotros y que ha de ser mejor que nosotros mismos, ¿no?
Todo esto no deja de ser historias de ciencia-ficción, pero habiendo predicho algunas de ellas tantos acontecimientos, ¿qué escenario de película será el siguiente que tengamos sobre la mesa y nos toque vivir en primera persona?