Le gusta jugar duro y el esfuerzo que imprime cualquier tipo de competición siempre es máximo, algo que aprendió en su etapa como ciclista profesional de ciclocross, especialidad en la que marcó toda una época. En 2012 se alzó con la ikurriña que le nominaba como El conquistador del Fin del Mundo de la octava edición del veterano programa del segundo canal de Euskal Telebista, y desde ese año, ha estado ligado de una forma u otra a la televisión, un medio que le gusta y en el que se siente cómodo. Ha viajado por todo el mundo y hay muchos lugares que le han atrapado, especialmente Nueva York, pero hay uno singular y próximo que le enamora y que le ancla, Urdaibai, el sitio donde ha nacido y donde vive. "Hay veces que nos gustan sitios lejanos cuando lo más maravilloso está muy cerca", dice habitualmente. Y sabe de lo que habla.
En esta edición hace honor a su apellido y se queda en dique seco.
Ja, ja, ja? No estoy en la aventura, pero sí estoy en los debates. Ha habido años en los que he estado en un lado, y otros me ha tocado jugar en el otro.
¿Hubiera preferido estar en el reality? ¿Lo echa de menos?
Cada año es diferente, y eso en sí es una experiencia distinta y bonita. Siempre da un poco de pena no estar en el reality, pero también es cierto que me voy a ahorrar sufrimientos, porque voy a estar cada semana en plató y eso resulta un poco más cómodo.
Dicen que El conquistador no es lo que era, que ha sufrido mucha evolución.
Eso está claro. Son dieciséis ediciones y desde el primer año hasta ahora se han producido muchos cambios. Es lógico, algo tenía que cambiar. No puede hacerse el mismo programa siempre y durante tanto tiempo. Yo puedo juzgar con un poco de visión personal, porque participé en la octava edición y a partir de ahí he estado de una forma u otra en todas, bien en la aventura o bien en plató. En total, he estado en la mitad de las ediciones emitidas de este programa. Hay cambios, sí, pero la esencia de El conquistador sigue siendo la misma. Han cambiado las pruebas, el escenario... pero el programa sigue teniendo el encanto de siempre.
¿De dónde le sale a usted la vena aventurera?
Hay muchas cosas en la vida que surgen a veces sin ningún precedente. Con 38 años, después de dejar el ciclismo profesional, en una época de descanso y sin saber qué iba a hacer con mi vida, tomé la decisión de participar en El conquistador. A mi difunto hermano le gustaba, siempre le había oído decir que algún día iría, pero no pudo ser para él, porque ya no estaba presente, y decidí ir yo. Cuando me enrolé en esta aventura fue como ir a una competición. Mi objetivo era ganar.
Y lo consiguió.
Sí, y después me fue gustando la aventura y he participado de una u otra forma en el concurso durante mucho tiempo. Y aquí sigo ocho años después.
¿Es tan duro como parece y como cuentan?
Es más duro de lo que parece. Está claro que cualquier ser humano tiene límites, pero también está claro que puede llegar mucho más lejos de lo que él cree. Mucha gente está preparada para soportar cosas parecidas a las que allí vivimos. Es un programa sin trampa ni cartón. Se viven situaciones muy difíciles, aunque a mí de un año para otro se me olvidan y me enrolo en otra aventura.
¿Nunca se arrepiente de haber dicho que sí?
Claro que sí. A veces piensas: ¿Pero qué hago yo aquí? Sobre todo después de haber estado tres días tumbado en el suelo, manchado de barro, completamente mojado, pasándolo mal? Miras hacia dentro y no sabes qué es lo que te ha llevado de nuevo allí. Pero estás.
¿Cómo vive el debate de El conquis? ¿Le gusta discutir?
Me llevan para que valore el paso de los concursantes por el programa. Hay momentos en los que valoras el lado humano, sobre todo porque tú has estado en las mismas circunstancias. En otros momentos quizá pueda ser duro, crítico. Valoro mucho al concursante que se esfuerza por salir solo de determinadas situaciones, al que lo da todo. El que no se toma la aventura con espíritu de conquistador recibe más críticas por mi parte. Me gusta ser justo, aunque a veces puedo resultar duro.
Hace 25 años usted empezó una exitosa carrera como ciclista profesional.
¿De verdad? Uf, cómo ha pasado el tiempo. Estuve desde los 22 años hasta los 38. El fin de mi carrera como ciclista está muy cerca de mi entrada en El conquistador. Son dos cosas muy diferentes, pero ambas han marcado mi mucho vida.
¿Ha jubilado su pasión por la bicicleta?
No tengo todo el tiempo que quisiera para hacer deporte, y la bicicleta requiere mucha dedicación. Siempre tengo la ilusión, aunque está aparcada, pero debo sacar un poco de tiempo para hacer más deporte y, sobre todo, para volver a montarme en la bici.
Con la bicicleta ha dado muchas vueltas por el mundo y ha conocido muchas ciudades, ¿se quedaría con algún lugar determinado?
He viajado mucho por el norte de Europa, y hay muchos países allí que tienen su encanto. He estado años viviendo parte del tiempo en Bélgica, Holanda? Son sitios muy bonitos, pero sí que es verdad que hay lugares a los que he ido con El conquistador donde he vivido cosas que me han marcado un poco más que la bici. Incluso momentos de experiencias concretas del programa que me han dejado una huella mayor que el deporte, todo eso sin quitar nada a los años que pasé como ciclista profesional.
¿Por ejemplo?
Lo que viví en las cataratas de Iguazú me ha marcado más que alguna de las experiencias que he tenido con la bicicleta.
Aunque siempre ha dicho que si hay un paisaje que le enamora ese es el que ofrece Urdaibai.
Es de donde yo soy y no puedo vender otra cosa. Después de haber visitado tantos países te das cuenta de que hay cosas diferentes en cada uno de ellos y que son muy bonitas, pero también te das cuenta de que en ocasiones no aprecias lo que tienes en casa.
¿Siempre ha apreciado tanto Urdaibai?
Siempre he sabido que soy y que vivía en una zona impresionante, pero solo te das cuenta de que realmente es excepcional cuando otros te lo dicen, cuando amigos míos de Bélgica y de Holanda han venido hasta aquí y les he enseñado la zona. Muchos me han dicho extrañados: ¡Qué suerte tienes! Vives en un paraíso. Euskadi tiene muchas zonas increíbles, pero qué voy a decir yo de Urdaibai aparte de que es precioso. Siempre digo que vivo en el sitio más bonito del mundo.
¿Pensaba de antemano que iba a ganar aquel Conquistador de 2012?
Me marqué como objetivo ir a ganar. Como quien dice, acababa de dejar el ciclismo y estaba físicamente muy bien preparado, así que sí, marché convencido de que iba a ganar.
Lo suyo sí que es seguridad.
Ja, ja, ja? Estaba tan convencido que lo dije hasta en el casting. Luego, cuando ya estás en la aventura, te das cuenta de que hay muchos factores que pueden ser determinantes a la hora de ganar o perder, así que lo viví con mucha presión y también con miedo.
¿Qué escenario le ha gustado más de todas las ediciones de El conquistador?
Argentina, pero también hay que decir que el Caribe tiene su encanto y su dificultad.
¿Qué tal llevó lo de pasar hambre?
Cuando fui por primera vez como participante no conocía cuáles iban a ser mis límites. Yo llegaba de la alta competición y sabía que físicamente estaba muy preparado, pero nunca sabes cómo vas a reaccionar ante situaciones desconocidas, y pasar hambre era una de ellas. Después de la experiencia tengo que decir que en cuanto a lo de no comer en un tiempo o pasar hambre, me adapté muy bien. Pero lo peor no es el hambre, son los temas psicológicos, porque no sabes lo que te va a deparar la aventura en cada momento y lo que va a ser de ti al día siguiente.
¿Es usted muy competitivo?
Sí, cien por cien. Cuando he ido de capitán, incluso no teniendo la presión que tiene un concursante, siempre he querido hacerlo lo mejor posible y he procurado estar al máximo. Me gusta también que mi equipo dé todo de sí y que nos esforcemos al máximo.
PERSONAL
Edad: 46 años (17 de marzo de 1973).
Lugar de nacimiento: Busturia (Bizkaia).
Trayectoria: Su vida ha estado marcada por la actividad deportiva. Desde 1995 a 2011 fue ciclista profesional en la modalidad de ciclocross, y está considerado como uno de los mejores en su categoría a nivel internacional. Ha sido seis veces campeón de España. Después, en 2012 se enroló en El conquistador del Fin del Mundo. Consiguió la victoria y desde entonces se ha mantenido ligado a este programa de ETB, en el que ha sido también capitán y ha participado en el debate El conquis.