París - El 15 de abril fue uno de los días más negros para París y para todos los amantes del arte y en especial de la catedral de Notre Dame. Las llamas envolvieron uno de los monumentos más visitados del mundo. Cientos de horas de grabación documentaron ese día. Del mismo modo, National Geographic, a través de Notre Dame: La increíble carrera contra el infierno, reúne imágenes exclusivas junto a entrevistas clave, así como reconstrucciones 3D, con el objetivo de detallar una línea de tiempo precisa de los acontecimientos que sucedieron aquel 15 de abril.
El documental, de una hora de duración, que se emitirá el 15 de septiembre, rastrea el fuego devastador que se generó en la Catedral y expone las acciones que asumió la brigada de bomberos de la capital francesa, quienes se enfrentaron a una serie de desafíos aparentemente insuperables, con decisiones de vida o muerte, para salvar este monumento considerado Patrimonio de la Humanidad.
una acción de película Los recursos humanos y técnicos con los que París cuenta se utilizaron para combatir el avance del fuego, incluidos más de 400 bomberos de 60 estaciones locales; 13 brazos de extinción con capacidad para expulsar casi 4.000 litros de agua por minuto, dos botes y una red hidráulica de cientos metros de largo, para bombardear agua del Sena, y un robot Colossus de alta tecnología capaz de subir escaleras y soportar temperaturas extremas. Miles de espectadores se alinearon en la orilla del río que surca Parías y las calles circundantes, observando en un silencio inquietante el desarrollo de los especialistas.
Enfrentándose a un escenario equivalente a 500 apartamentos en llamas de manera simultánea, la brigada de bomberos de París resistió a condiciones cada vez más graves. El viento llevó las llamas a través del techo, devorando las vigas de roble instaladas en la Edad Media. El plomo fundido cayó desde el techo hacia los huecos inferiores, amenazando obras de artes preciosas, vidrieras y objetos de culto, como la Corona de Espinas presuntamente utilizada por Cristo en su crucifixión.
Las columnas de humo se volvieron amarillas, señal de que la combustión era extremadamente tóxica. Cuando la aguja, instalada originalmente para reemplazar la dañada del siglo XIII a finales de 1700, se derrumbó y perforó la bóveda por varios lugares, se dieron las órdenes de evacuación en la zona. Pero una decisión final debía tomarse dentro del campanario antes de que terminara la noche, para garantizar que las ocho campanas no chocaran a través de la torre derribando toda la estructura de Notre Dame. - R. Lakunza