Me dejó la sonrisa helada

Cuando uno mira los datos de audiencias televisivas del día anterior, ocurre más o menos como con los resultados deportivos: unas veces te alegras por la subida de tal programa o te echas unas risas por el fiasco de otros. Le pasó este pasado viernes a Bertín Osborne cuya reaparición llegó en un momento estelar del programa Tu cara me suena que arrasó la noche del viernes para no dejar despegar a Mi casa es la vuestra que es la última modificación del nombre. Ahora Bertín se ha ido ya no sé si a su casa o a otra que le han puesto allá en Marbella, ciudad que simboliza de alguna manera la apuesta por el despilfarro y que fue cuna del mamoneo de muchos personajes entre mediáticos y mafiosos entre los que destacó, Jesús Gil y Gil y sus sucesores. En este caso no queda claro quién aporta más. Si el tirón del cantante de rancheras a través de balcón televisivo otorga a Marbella un toque publicitario que necesita ahora que se encuentra en horas bajas o si es la ciudad la que le da un espaldarazo a Bertín. No seré yo quien me decante pero el dato de Mi casa es la vuestra además de despertarme la sonrisa, me recordó mi sonrisa de la pasada temporada que Gran Hermano cayó en audiencia y se especuló con una más que posible retirada de la programación de Telecinco. Un espejismo porque este año GH VIP está batiendo todos los récords: en la expulsión de Isa Pantoja de la otra semana hubo un minuto en el que llegó a superar el 50% de la audiencia. Un dato que contradice las expectativas de los detractores del concurso y me dejó helada la sonrisa de satisfacción. Vamos a ver: no es que quiera que a Bertín no le siga ni la madre que lo parió, no; lo que digo es que hay mil maneras de hacer una entrevista en televisión y la suya ni aporta al personaje ni al espectador que la sigue. Sobre si GH Vip aporta algo, ahora tengo mis dudas. Sobre todo después de ver la exhibición púbica de Aramís Fuster el primer día. He entrado en letargo. Ya nada me hace reír ni llorar. Ni siquiera Bertín.