málaga - El cineasta sevillano Alberto Rodríguez ya trabaja en la preparación de la segunda temporada de La peste, cuyo rodaje comenzará en octubre. Según avanzó él mismo, esta continuación será “más liviana y más entretenida” que la primera parte. “Tiene menos que ver con esa especie de angustia existencial que tenía el personaje de Mateo y menos que ver con la guerra de religiones, y es muy interesante porque hay una parte desconocida de la ciudad que se nos quedó fuera, que se abre y es un mundo fascinante”, explicó Rodríguez, que participó en Málaga en el ciclo de Encuentros con Directores de Cine de la Fundación Unicaja. Además recordó que la primera temporada estuvo “a punto de no hacerse” porque hubo que duplicar el presupuesto dos veces, pero “sorprendentemente se apostó por la calidad. Pensamos que era una buena oportunidad de hacer una serie de calidad que sentara un precedente para los que venían detrás, abrir una brecha que permitiese a otros hacer series con una calidad muy elevada”, afirmó.

10 millones El presupuesto acabó en diez millones de euros, que para una serie española de seis episodios reconoce que es “mucho dinero”, pero se siente “tranquilo y orgulloso” porque cree que “ese dinero se ve en la pantalla y no hay que dar más explicaciones”. “Hacer la Sevilla del siglo XVI es complejísimo. La idea surgió tomando una cerveza, pero cuando ves que la ciudad no existe y no puedes rodar ningún elemento real, ni siquiera la Catedral, que tuvimos que generar en 3D, los gastos se multiplican”. Respecto al cine, rodar una serie no supone un cambio de lenguaje, sino “un cambio de modalidad deportiva”, porque estaba acostumbrado “a correr los 1.500 metros y esto es una maratón”. “Había que trabajar mucho más rápido, como si hubiéramos rodado tres películas en un periodo de dieciocho semanas, cuando se emplean ocho en una película”.

Sobre la polémica por el acento andaluz de los personajes de La peste, está “acostumbrado”, porque ya en su primera película, 7 vírgenes, al estrenarse en San Sebastián la crítica dijo que “no se entendía nada”. “Me daba rabia, porque acababan de estrenar El hijo de la novia, una película argentina que en el primer cuarto de hora, hasta que hacías el oído al acento, te costaba trabajo, y con mi película pasaba lo mismo”. Entonces se enfadó, pero con La peste ya estaba “inmunizado”, según Rodríguez, que cree que “la decisión más importante era cómo hablarían los actores”, y cree que así “funcionaba mejor la historia y forzar otro acento sería desnaturalizar”. Tras La peste, Rodríguez espera volver al cine el próximo año o a principios del siguiente, y la idea que le ronda la cabeza es de ciencia ficción. - Efe