A Bertín Osborne lo quieren en Telecinco como a esos floreros chinos de un valor incalculable pero que no se sabe dónde ponerlos. Su programa Mi casa es la tuya no hacen más que cambiarlo de día cada vez que se da un batacazo de audiencia. El viernes lo echaron a los leones para enfrentarlo a Tu cara me suena, un concurso especialmente diseñado para ese día en el que es más normal trasnochar. Un día en el que salvo La Sexta Columna y 7 días en ETB 2 que proponen debates e información, el resto se decanta por el sencillo e impredecible recurso de programar cine. Lo cierto es que Bertín tiene crédito en su cadena. No hace ni un mes que le renovaron sin mayores problemas y mira que los porcentajes que manejaba eran mínimos. Son conscientes de que ese tipo de televisión de brocha gorda que practica Osborne tiene su público. Otra cosa es dónde está: si se ha ido a dormir o definitivamente ha cambiado de canal. Porque los últimos datos indicarían más bien que se ha aburrido de ver sus suntuosos salones o que las entrevistas prefabricadas ya no interesan mucho. Interés que sí despierta en la Benemérita el empresario televisivo Roures al que un informe de la Guardia Civil acusa de cerebro de la difusión del referéndum catalán del 1-O. Le señalan como sospechoso de haber montado todo el sistema de comunicación para los medios en aquella jornada que el tiempo dirá si fue histórica u otra cosa. De momento, van a por Roures y miedo me da que lo metan por probar al trullo. Mira que como se enfade Roures nos deja a todo dios sin fútbol. Ahora su empresa que es casi todo el capital chino, tiene firmada la Champions para los próximos tres años y en pocos días es más que probable que se quede con los derechos de la Liga también para las tres próximas temporadas. Que se anden con ojo.
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