gasteiz - Todos los miércoles Maribel Salas se presenta ante los espectadores metida en una profesión que no es la suya y dice que se siente bien, Como pez en el agua. En líneas generales, está feliz y contenta aunque no puede disfrutar del verano en modo vacaciones. Entre manos tiene televisión, teatro y cine. No le falta de nada porque es una actriz que le da a todo.

Un verano para sentirse ‘Como pez en el agua’, ¿no?

-Me está encantando eso de cambiar cada dos por tres de profesión. Es una experiencia muy chula meterte en la piel de otros profesionales y ver las cosas por dentro.

Hablemos de esas profesiones que nada tienen que ver con su vida.

-He sido cantante de orquesta, he sido pescatera, patrona de barco, vendedora de mercadillo, he trabajado en un baserri?, un montón de cosas.

¡Vaya currículo que tiene usted!

-De verdad, pongo todo esto y lleno hojas y hojas. Ja, ja, ja? He aprendido mucho, son experiencias que no vas a poder borrar nunca.

¿Se ha sentido identificada con alguna de ellas?

-Identificada, identificada, no. No era nada que yo hubiera hecho anteriormente en mi vida. Te puedo decir que he disfrutado con todo lo que he tenido que hacer y he tratado de conocer algo que nunca había pensado que iba a hacer. En el baserri reconozco que he disfrutado a pesar de que los animales me dan un poco de respeto. De todos los trabajos he sacado algo positivo.

Imagínese que se tiene que ganar la vida con alguna de esas profesiones de verano, ¿con cuál se queda?

-Me ha gustado mucho la de cantante de orquesta, creo que esa la haría medianamente bien.

Al final le sale la vena de artista y se iría de pueblo en pueblo.

-Ser cantante de orquesta me parece muy creativo. La orquesta que me tocó a mí, Vulcano, era estupenda; muy buenos compañeros, buen ambiente, había una magia especial. Fue una experiencia increíble, chula y gratificante.

Televisión y ¿qué más?

-Estoy en el micro teatro de Donostia con Ane Gabarain, llevamos un mes con la función Dos hermanas que termina hoy. En septiembre, me voy a Madrid para hacer en el Teatro de la Zarzuela El canto de México con Rossy de Palma. Estaré con esta obra hasta octubre y a mediados de noviembre, Sevilla y Allí abajo.

¿Me puede contar que va a suceder por ‘Allí abajo’?

-Pues no. Nos han dicho alguna cosita pero todo sin confirmar, no podemos decir nada, todavía no hay nada. Sé que los guionistas están trabajando y que hay líneas argumentales más o menos terminadas. Nunca puedes adelantar nada, pero es que en es que no sabemos qué les va a pasar a nuestros personajes.

Lleva varios años con el trabajo asegurado para una temporada más, tiene que saber a gloria, ¿no?

-Es algo con lo que los actores soñamos siempre, terminas un trabajo y nunca sabes lo que va a venir, eso si viene algo; nunca sabes si va a sonar el teléfono de nuevo. La experiencia de terminar y saber que después del verano vas a regresar con otra temporada, con los mismos compañeros, con algo que no es nuevo para ti, que no es nuevo? Te puedo decir que es una experiencia religiosa.

¿Tranquilizadora?

-Mucho. Te cambia totalmente la perspectiva, el agobio lo tenemos siempre, eso es permanente en la vida del actor. La tranquilidad que te da saber que durante un ratito más vas a poder comer y paga tus deudas, no tiene precio.

¿Le da la vida para algún proyecto más?

-De momento, estoy muy completita, para pasar el año que viene estoy bien de trabajo. Además, estoy rodando una peli, Maleza, dirigida por Rubén Arnaiz. El rodaje se está haciendo en Urdaibai.

¿Le da usted a todo?

-Ja, ja, ja? Dicho así. Pero es cierto que llevo una racha con bastante suerte, no me falta el trabajo, estoy muy agradecida por todo lo que está llegando. Siempre te queda dentro esa cosa de la inseguridad que hay en la profesión, pero por ahora?

?Habrá ahorrado mucho.

-Pues no. La verdad que no. Justo me he comprado un piso y eso es un pozo sin fondo, todo va para el piso. Aunque lo piensas positivamente y es una manera de ahorro, una forma de invertir.

Estamos en rebajas, ¿no tiene caprichos que le pierden?

-Muchos. Soy bastante caprichosa en algunas cosas, me gusta muchísimo comer, y comer bien. Me gusta probar diferentes cocinas, diferentes restaurante; cada vez que viajo me encanta probar la cocina de los lugares que visito. Comer muy bien es uno de los vicios que más ejerzo. Los caprichos de ropa también me seducen mucho, pero poca cosa más, no soy de gustos caros en el vestir; joyas y esas cosas caras no.

Resumiendo, le gusta vivir bien.

-¿A quién no? Pero vivir bien no es siempre caro, me gusta disfrutar con amigos, con familia, una buena mesa, un buen viaje, una prenda bonita?

Los políticos les están robando a ustedes, los cómicos, el puesto.

-Ja, ja, ja? Hay cosas increíbles, yo oigo y leo cosas que ni con el mejor de los guiones me río tanto?

¿Pero?

-Con un fondo de dolor y de tristeza que también te puede hacer llorar.

¿Son patéticos?

-Todos no son iguales, no se puede hablar de todos de la misma forma, pero algunos dan mucha tristeza.

¿Sería viable un ‘Vaya semanita!’ que evidenciara de nuevo temas políticos con sentido del humor?

-Es un programa perfectamente vigente, el tema político está de actualidad siempre. Pero también está bien descansar un poco, han sido muchos años y hay que dar al público cosas nuevas.

¿Se apuntaría usted de nuevo al programa?

-No lo descartaría. Si se retoma y me llaman, estaría encantada, es uno de los programas en los que más feliz me he sentido. Pero es bueno parar.

¿Se ha jubilado Nekane Amaya?

-Jubilada para nada. Espero que Nekane Amaya tenga una larga vida laboral. Pero igual también necesita parar un poco?

La vida de mercadillo suele ser dura.

-Mucho. Nekane Amaya es un personaje con mucha vida y que gusta.

¿Era consciente de que llevaba un alma gitana dentro?

-Para nada. Cuando leí el primer guión, para mí este personaje era todo un misterio, me parecía que no lo iba a conseguir.

Pues todo el mundo está de acuerdo en que ha bordado al personaje.

-Nekane Amaya se fue metiendo poco a poco en mí y la verdad es que lo he interiorizado tanto que es parte de mí.

Volvamos a ‘Allí abajo’, seguirá al lado de Sabino, ¿no?

-Que no me quiten a Santi Ugalde de mi lado, llevo tantos años a su lado que es parte de mí. Le adoro, me parece uno de los actores con más vis cómica de Euskadi y tiene un corazón que no le cabe en el pecho.

¿Seguirá mangoneándole?

-Lo que se deje, aparentemente parece que yo corto el bacalao pero al final Begotxu tiene una parte sensible que Sabino sabe utilizarla.

¿Tiene usted mucho de Begotxu?

-Todos los personajes tienen mucho de ti, eres tú en otras circunstancias. No creo que tenga ese carácter brusco o esa manera de decir las cosas, aunque todos tenemos un ramalazo de mala uva. En general, no soy así.