madrid - Como actor lleva cuatro años, una trayectoria corta en el tiempo pero intensa en trabajos realizados. La interpretación nunca estuvo en su sumario de intenciones. En 2013 acompañó a un amigo al casting para la película El Niño, la prueba era multitudinaria y entre 3.000 participantes fue el elegido. Riéndose dice que su amigo siguió hablándole y continúa en su pueblo, Vejer de la Frontera (Cádiz), mientras él va de un lugar para otro haciendo series y películas, justo lo que había soñado el otro. No se le sube la fama a la cabeza, si tiene que ir a un photocall va, no tiene la cabeza llena de pájaros y tampoco puede: “Llego a Vejer y mi familia y mis amigos me ponen enseguida en mi sitio”. Telecinco no ha indicado cuándo es el estreno de la miniserie de ocho capítulos en la que él es Rafa, uno de los protagonistas. La historia se inicia cuando una religiosa (Paz Vega) que ha estado ausente muchos años regresa a su lugar de origen (Barbate) y se reencuentra con su antiguo amor Bruno (Stany Coppet) convertido en un importante capo en un entorno devastado por el desempleo y el tráfico de drogas. El personaje que interpreta Paz Vega es la religiosa Lucía Medina, que está a punto de afrontar un importante cambio de destino en el seno de su congregación cuando decide volver a su pueblo. Allí está su sobrino Rafa (Jesús Castro).
Supongo que cansado de entrevistas y presentaciones...
-No, para nada. Es parte del trabajo y estoy contento de hablar de cómo es la serie. Una serie que he grabado en mi casa como quien dice, en Barbate.
Hablemos de su personaje en la serie ‘Perdóname Señor’.
-Interpreto a Rafa Medina. Es un chico de Barbate que ha estudiado para ser buzo soldador. Trabaja en los caladeros de Marruecos, cierran el caladero y empiezan los problemas económicos. No tiene ningún tipo de ingresos y sí tiene amigos que están metidos en el mundo del narcotráfico.
Y Rafa Medina cae en él, ¿no?
-Digamos que empieza a tontear con ese mundo, y mucho más no voy a poder decir porque la serie hay que verla más que escucharla.
Lleva un carrerón desde que se dio a conocer en la película ‘El Niño’...
-La verdad es que sí, quizá he tenido suerte, también trabajo mucho, intento hacerlo lo mejor que puedo. Pero sí que han sido unos años muy fuertes. No me voy a quejar.
Una vida muy diferente a la anterior.
-Totalmente, antes era un buscavidas que hacía todos los trabajos que podía.
Dos películas como protagonista, ‘El Niño’ y ‘La isla mínima’, tres series con personajes principales: ‘El Príncipe’, ‘Mar de plástico’ y ‘Perdóname Señor’. ¿No se le ha subido el ego?
-No, la verdad. Una cosa es cuando estás trabajando, en esta profesión se magnifica todo. Llegas a Vejer y tienes que ser tú; mi padre, mi madre y mis hermanos se encargan de que eso no pase, de que el ego allí no exista y si no existe en Vejer, no existe en mi vida.
Será el más famoso de su pueblo, ¿o tampoco?
-Tampoco. En mi pueblo estoy divinamente, allí soy solo el hijo de Pili; fíjese, no soy ni siquiera Jesús, ni Jesús Antonio ni nada. Soy uno más, como debe ser, salgo y nadie me mira de ninguna forma especial, es que me he criado allí.
Tres series y con personajes muy diferentes entre sí.
-Quizá este personaje de Rafa Medina es el más diferente. Es más maduro que los anteriores y sabe lo que hace en todo momento, es un personaje que tiene presente que ese tonteo le puede traer malas consecuencias.
Tiene 24 años, es usted muy joven, tiene éxito y lleva poco tiempo en el mundo de la interpretación. ¿No es difícil de gestionar todo junto y de golpe?
-No, tengo capacidad de adaptarme a lo que venga. Desde fuera puede parecer mucho más de lo que hay dentro, yo siempre digo a mis amigos: “Tú pones cables o tuberías, tú sirves copas y yo pongo voz y doy vida a personajes”. Simplemente, yo tengo más repercusión porque lo que hago sale en los medios, pero no deja de ser un trabajo. Es un trabajo que me mantiene como otros trabajos mantienen a mi familia y a mis amigos. No tengo que creerme más que nadie.
Fue al casting de ‘El Niño’ a acompañar a un amigo y le cogieron a usted.
-Fue casualidad y una sorpresa tanto para mi amigo como para mí. ¡Hay qué ver todo lo que ha cambiado mi vida después!
¿Le habla su amigo?
-Ja, ja, ja? Claro que sí, no se enfadó. Él tiene su trabajo y cuando voy a Vejer nos vemos y estamos bien.
Un casting al que acudió mucha gente y cogen a alguien que no tenía intención de ser actor.
-Así es la vida, da sorpresas. Había unas 3.000 personas. Casualidad, pura casualidad.
¿Qué habría sido usted de no haber ido a ese casting?
-Buena pregunta, pero no sé contestar. Me gustaba mucho el fútbol y a mis padres les decían que tenía talento, pero realmente no sé qué habría hecho de no ser actor.
¿Nunca dijo esa famosa frase de “mamá, quiero ser artista”?
-Ja, ja, ja? Pues no. Jamás. Era el típico que en los vídeos de mi cumpleaños salían mis amigos, yo no, y como viera la cámara hacia mí, le decía a mi madre que la quitara.
La vida le ha cambiado mucho, imagino que también en lo económico. ¿Se dio algún capricho cuando cobró su primer sueldo de actor?
-Estábamos en Algeciras y mi teléfono murió y me compré uno nuevo al momento. Hasta entonces, iba a la compañía y lo financiaba, esa vez fui a la tienda, tenía el dinero y me lo llevé sin más. No soy muy de caprichos. Pero en aquella época si quería algo también lo tenía, con trabajo, esfuerzo y ahorrando un poco podía conseguir algunas cosas.
¿En qué trabajaba usted?
-En el bar de mi padre, en la construcción, en temas de electrónica; un poco en lo que iba saliendo, como mucha gente de mi edad.
Vive en Madrid?
-?pero cada vez que me dejan me bajo a Vejer y allí es donde de verdad disfruto, es mi casa y está mi gente de siempre.
¿No se le ha quedado pequeño después de convertirse en actor?
-Estoy bien, muy bien. Es verdad que Vejer tiene un punto de pueblo que como me pegue allí una semana sin hacer nada me subo por las paredes. Pero no es tanto por el hecho de estar en Vejer como por no hacer nada. Asocio Vejer con estar tranquilo y con la familia y a Madrid con trabajo.
Le consideran uno de los actores más guapos y atractivos?
-Bueno, bueno? Uy, eso es relativo; al final, para gustos los colores. Me siento bien cuando oigo o leo algo similar, pero no le echo más cuenta de la que debo.
¿Tiene ventajas su profesión?
-Las tiene y también tiene inconvenientes. Lo de que te consideren guapo tiene más inconvenientes que ventajas, al menos es lo que yo siento.
Una vida muy diferente a la anterior.
-Totalmente, antes era un buscavidas que hacía todos los trabajos que podía.
¿Es menos creíble un actor guapo?
-Creo que sí. Siempre están los típicos comentarios de que estás ahí por guapo.
¿Le molesta?
-No, si eso fuera así media pasarela Cibeles se dedicaría a la interpretación.