Tengo que reconocer que el éxito de la serie de zombis The Walking Dead se me escapa. Es algo personal que roza el chiste. Vamos, que cuando veo al zombi acercarse hacia su víctima no tengo nada mejor que pensar en los esfuerzos de ese actor para generar pesadez, flacidez o esa exagerada mala cara. Lo mío con los zombis no le ocurre a todo el mundo. Dentro de una semana se estrena la sexta temporada y aquí será un día más tarde (lunes 12 de octubre) que lo pongan en la FOX de Los Simpson. Se quedaron atrás aquellos tiempos en los que por aquí veíamos las series con medio año de retraso respecto al estreno en USA. Algo de lo que siempre se aprovechaban algunos listillos para piratearla y adelantarnos las tramas sin que se lo pidamos. Pero mi escaso interés por The Walking Dead tiene que ver con su metáfora. No veo muy lejana esa marea de gentes que paseen por el planeta sin rumbo y con la única visión de comerle las tripas al no infectado. Las tramas se van retorciendo y uno ya se pierde del arranque original en le que un grupo de ciudadanos se organiza para resistir esa pandemia apocalíptica. Aunque para Apocalipsis la entrevista de Gloria Lomana a Mariano Rajoy el pasado jueves en Antena 3. Un cocido madrileño al que le faltaban tantos condimentos que allá soltó Mariano, como para compensar una entrevista tan sosa, la primicia: el 20 de diciembre serán las elecciones. El Gobierno de Rajoy parece haber contraído algunas deudas con determinados medios en las elecciones catalanas que ahora va pagando. Ha comenzado con los de Antena 3, ya veremos qué primicias ofrece al resto de los medios que dibujaron las elecciones catalana como la mayor catástrofe desde la derrota de la Armada Invencible en los tiempos de Felipe II. Un tipo aquél Felipe al que tras Carlos I le toca que le hagan serie en TVE. Por cierto, dicen que aquí se han tomado muy mal que Rajoy no les diera la primicia.