Una empresa de internet que se llama Excipio contabilizó que en un día se habían hecho 1,7 millones de copias de las nuevos capítulos de Juego de Tronos. Al parecer la cadena se los había mandado a diversos críticos y alguno los echo a volar en la red. A estas horas eso es imparable y puede que hasta se haya puesto en peligro la continuidad de la serie o puede que se buscara ese efecto. No es muy normal que la serie más esperada del año que nutre de contenido a cadenas de pago como ocurre aquí con Canal+, acabe siendo gratis en la red por la decisión de alguien ajeno a la producción y distribución de la serie. Ahora es difícil de seguir la pista al culpable. Y acusar penalmente a los copiadores particulares es como matar moscas a cañonazos. En este caso habría 1,7 millones de usuarios delincuentes (a estas horas serán decenas de millones) con lo que multar a mil sería una suerte de ruleta rusa. Tras el nuevo Código Penal aprobado por el rodillo de la mayoría absoluta del PP más el apoyo innecesario de UPN, se quedaron fuera de responsabilidad penal los buscadores que son páginas que sirven de enlaces. Por otra parte hay quien afirma que uno no delinque al hacer copias a no ser que tenga beneficio directo o indirecto ya que este lucro tampoco está recogido como tal en el Código Penal. O sea, se ha creado la ley pero no se aplica con carácter general: solo tras la interpretación estricta de la ley tras denuncia y juicio. Esta contradicción es tan brutal que se pasa de que no ocurra nada a que a quien le toque puede recibir una condena de seis meses a seis años de cárcel según lo decida el juez de turno. Estos palos de ciego del mundo audiovisual sin duda serán necesarios hasta dar con las claves que impidan, aunque sea moralmente, que pirateemos los contenidos. La educación sirve para esto mejor que todos los códigos penales. Pero si le pillan solo queda usar la frase preferida de Bart Simpson: “yo no he sido”